Un grupo de personas frustró la huida de un delincuente venezolano que minutos antes había perpetrado un robo al interior del restaurante Fridays de la calle Carpaccio, ubicado en el centro comercial La Rambla, en el distrito de San Borja.
Según el parte policial del caso, el ladrón ingresó al local al promediar las 12:40 p.m. con un arma de fuego con el que apuntó directamente a un hombre, generando el pánico de los empleados y otros comensales.
El delincuente le arrebató a la víctima y a su amigo una cadena de oro, celulares y una billetera. Luego salió corriendo y pretendió subir a una moto lineal estacionada cerca al restaurante, donde lo esperaba un sujeto con casco.
Debido a que el agraviado empezó a gritar “ladrón, ladrón”, los peatones y efectivos del Serenazgo que pasaban por el lugar se alarmaron y al percatarse que se trataba de un robo, siguieron al sujeto que huía.
Justo cuando el delincuente subió a la moto, las personas lo alcanzaron y los hicieron caer, sin embargo, su cómplice sí logró huir con rumbo desconocido. El hampón fue retenido y antes de ser entregado a los policías, las indignadas personas lo golpearon en varias partes del cuerpo hasta dejarlo ensangrentado.
El intervenido fue identificado como el ciudadano venezolano José David Azócar Villaroel (27), a quien se le encontró un arma de fuego abastecida con 5 cartuchos, una costosa cadena de oro de 40 centímetros, 3 modernos celulares de las marcas Huawei, Samsung y Iphone, además de una billetera, en cuyo interior había documentos personales de un peruano, además de 5 tarjetas de diferentes bancos, 208 dólares y un billete de 20 soles informó la República de Perú.
Uno de los hombres asaltados dentro del Fridays reconoció al extranjero como el individuo que lo encañonó para robarle. Asimismo, aseguró ser el dueño de todas las pertenencias encontradas en manos del delincuente.
Antes de que Azócar Villaroel fuera conducido a la comisaría de San Borja, donde será sometido a las investigaciones correspondientes, fue llevado al hospital para que le curen las heridas que los peatones le hicieron cuando lo capturaron. La Policía está tras los pasos de su cómplice.
