Las criptomonedas en Venezuela llegan para salvar la economía del país

Como otros países de América Latina, Venezuela lleva desde hace un tiempo sumida en una durísima crisis que afecta el país a todos los niveles. La crisis política, económica y social que estalló a principios de esta década sigue teniendo hoy importantes consecuencias en el día a día de los venezolanos, que están sufriendo en primera persona la escasez de productos básicos. La hiperinflación está considerada la peor registrada en toda la historia del continente americano.

Con una situación crítica para el bolívar de tal calibre, han salido oportunidades que hace unos años nadie hubiera podido predecir. Aunque la criptomoneda que el presidente venezolano creó para realizar ciertos pagos públicos ha resultado un fracaso, no así otras monedas virtuales. Hoy podría ser un buen momento para comprar Bitcoin Cash en Venezuela, y es que este es el país latinoamericano con un mayor volumen de comercialización de dicho activo digital.

Es más, el Consejo Nacional del Comercio y los Servicios de Venezuela, también conocido como Consecomercio, aseguró recientemente que las criptodivisas están llamadas a salvar la economía del país. Las empresas nacionales son conscientes que hay que apostar por la divisa digital si quieren salvarse teniendo en cuenta las limitaciones con las que se encuentran los ciudadanos y las compañías, sobre todo cuando se trata de traer de nuevo liquidez desde el extranjero.

De nuevo dejando a un lado el Petro, las criptomonedas son una excelente alternativa para los venezolanos que temen perder todos sus ahorros y para aquellos que están buscando nuevas vías para invertir. De esta necesidad nace el concepto de “criptoemprendimiento”, una nueva oportunidad para emprender con la esperanza de mejorar la economía personal. Las fintech tienen mucho que decir, y ya son varias las start-ups venezolanas dedicadas al trading o el holding.

Una de las principales ventajas del uso de las criptodivisas es la sensación de estar en control absoluto del dinero. Eso es gracias a la descentralización de la moneda digital, que no está controlada por gobiernos, bancos u otras entidades. Así, las transacciones son también más rápidas, seguras y económicas, ya que no existen las comisiones (o son muy bajas). Con el sistema de cadena de bloques, además, hay transparencia absoluta de cualquier movimiento.

Antes nos hemos referido al Petro como una criptomoneda más, pero el hecho de que esté controlada por el gobierno de Maduro ya hace pensar que poco tiene en común con las divisas virtuales. El presidente venezolano la incluyó en su Plan de Recuperación Económica, Crecimiento y Prosperidad y fue creada con el respaldo de las reservas de petróleo no explotadas del país. Un año después de su entrada en circulación no ha resuelto nada y muchos lo ven como una auténtica estafa.

No lo son otras globalmente aceptadas. Como curiosidad, el Bitcoin Cash -una especie de spin-off de Bitcoin- ya está aceptada por más comercios en Venezuela que la criptomoneda original. El Bitcoin Cash llegó al país el pasado mes de noviembre y ya puede usarse en 360 establecimientos, mientras que solo 323 en el caso de Bitcoin. Aunque es temprano para llegar a una conclusión, todo apunta a que el Bitcoin Cash será un éxito rotundo entre los venezolanos.

La crisis económica de Venezuela no parece que vaya a terminarse pronto. No sorprende, por lo tanto, que sus ciudadanos busquen alternativas con las que proteger sus ahorros y buscar nuevas oportunidades de negocio. Las criptomonedas han llegado en el mejor momento y se han encontrado con una población enfadada con el sistema financiero tradicional dispuesta a confiar en ellas.

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