Asesinato de sacerdote encendió alarmas de pederastia en Venezuela

Monseñor Mario Moronta refutó los señalamientos contra la Iglesia venezolana, que realizarán tanto el Fiscal General de la República como el ministro de Interior, Justicia y Paz, quienes recriminaron que el cura no había sido sometido a las leyes

El reciente homicidio de un sacerdote en el estado Táchira a manos de un adolescente encendió las alarmas de los sectores más conservadores del país, evidentemente por el móvil del hecho: el menor asesinó al cura para librarse de los abusos sexuales que padecía, destacó un despacho de la agencia Efe.

Tras seis días desaparecido, el presbítero Jesús Manuel Rondón Molina, de 47 años, fue encontrado muerto el pasado 22 de enero en una zona boscosa de la población de Rubio.

Un joven de 17 años, cuya identidad es protegida por las autoridades venezolanas por tratarse de un menor de edad, confesó haber asesinado a Rondón Molina y que este abusaba sexualmente de él desde hacía casi cuatro años.

El ministro de Interior, Néstor Reverol, explicó que el cura “mantenía acosado y bajo amenaza” al adolescente, quien citó al religioso a una zona cerca de un convento, donde lo estranguló dentro de un vehículo.

La Fiscalía venezolana confirmó que el sacerdote, que amenazaba al joven con violar a su hermano de 10 años si oponía resistencia o lo denunciaba, abusó sexualmente de ambos.

El fiscal general, Tarek William Saab, denunció que el comportamiento de este presbítero era reiterado y del conocimiento de sus superiores, y aseguró tener pruebas de ello.

Por ejemplo, informó que al menos dos niños más presentaron denuncias en su contra ante la iglesia en los años 2014 y 2015.

Rondón Molina, dijo, tenía una “carrera letal” en contra de menores de edad, sin que las autoridades eclesiásticas lo colocaran a las órdenes de la Justicia.

“El encubrimiento”

Tanto el fiscal general como el titular de Interior recriminaron a la Iglesia católica el “encubrimiento” de este hecho.

“¿Por qué este sujeto no se colocó ante los órganos de justicia competentes? Más bien se encubrió, es lo que se presume”, dijo Saab, tras informar que 1.340 personas han sido condenadas en los últimos dos años por casos de abuso sexual contra niños y adolescentes.

Reverol, entretanto, considera que hay “perpetradores de la pedofilia instalados en la Iglesia católica y actúan con la complicidad de algunas de sus autoridades”.

“Las autoridades católicas, en vez de dedicarse a la política, deberían hacer una campaña profiláctica para execrar de sus filas a estos sacerdotes que se dedican a esta aberrante actividad”, manifestó en una postura que expresó frente a los medios de comunicación y reiteró luego en redes sociales.

La respuesta

La Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) difundió un comunicado de doce puntos en los que repudia la actuación del sacerdote, a la vez que lamenta su trágica muerte y ora por el joven abusado.

En este texto, los obispos reconocen que habían recibido “varias denuncias” en contra de Rondón Molina, por lo que hicieron las investigaciones de rigor y las autoridades eclesiásticas dictaron medidas cautelares contra el acusado, como la prohibición de tratar con menores de edad “mientras durara el proceso respectivo”.

“A quienes presentaron las denuncias nunca se le impidió que pudieran acudir al fuero civil. No se ha encubierto ni a este ni a ningún clérigo que haya sido denunciado e investigado. Tenemos la conciencia clara de haber obrado sin encubrimientos y de acuerdo a lo que exige la Iglesia”, prosigue el escrito.

La CEV pide a las autoridades del gobierno del presidente Nicolás Maduro, con quienes tienen públicas enemistades, que “terminen de aclarar lo ocurrido pero sin valerse de este triste suceso para fines políticos o de otra índole”.

El precedente

El cura de origen español Iván Merino Pedial fue detenido en noviembre de 2018 cuando abusaba de una niña de 12 años que pertenecía a su feligresía, en el estado de Zulia.

El religioso, de 35 años, abusó de la menor durante tres años y durante su sacerdocio en España había dado “señales claras” de pedofilia, según la denuncia de entonces hecha por el secretario de gobernación del Zulia, Lisandro Cabello.

En diciembre de 2019, el papa Francisco promulgó dos leyes que eliminan el secreto pontificio cuando se trate de abusos sexuales, para que nunca más el ampararse en el silencio pontificio sirva a esconder u obstaculizar la investigación de los casos de pederastia por parte del clero.

RECUADRO

“No encubrimos a nadie”

Monseñor Mario Moronta rechazó las declaraciones tanto del ministro Nestor Reverol como del Fiscal General Tarek Williams Saab, quienes dejaron ver que la iglesia había sido permisiva con el caso del sacerdote asesinado en el Táchira por un joven que había sido abusado sexualmente por el religioso.

“No encubrimos ni encubriremos a nadie”, sentenció Moronta en el programa Vladimir a 1 que transmite Globovisión. Agregó que “esto es un hecho que repudiamos y los hicimos antes de que sucediera y se habían tomado las medidas cautelares del caso”

Se quejó de lo que considera una actuación inadecuada por parte de “quienes deben saber leyes y violan el secreto sumarial. El fiscal, que es abogado y tiene que saberlo, debió actuar de una manera más prudente porque está en juego la reputación de los agraviados. No hablo de esconder nada, porque nosotros lo venimos enfrentando, pero no actuó apegado a la Ley y en contra del Código Orgánico Procesal Penal. Insisto, nunca hemos encubierto y hemos cumplido con denunciarlo y castigarlo”.

Indicó que tanto el ministro Reverol como Tarek Williams Saab violaron la ley, porque aún no ha terminado la investigación.

Moronta sentenció que el abuso sexual hecho por un sacerdote es realmente aberrante por el rol que cumple un “hombre de Dios” en la sociedad. Sin embargo, llama la atención sobre el número de casos vinculados a gente de la Iglesia y la proporción con otros sectores de la vida pública. “Estadísticamente, los abogados han estado más vinculados a casos de pederastia que los hombres de fe, pero eso no se dice”, indicó Moronta.

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