La malaria tiene caldo de cultivo en las minas del estado Bolívar

La enfermedad endémica afecta a gran parte de la población del sur del país. Los casos que se registran diariamente corresponden mayormente a los trabajadores de las minas que se encuentran cerca del municipio Sifontes

La organización internacional Médicos Sin Fronteras público el pasado lunes 20 de enero un nuevo comunicado, en el cual informó que Venezuela ocupa el primer lugar entre los países de América Latina con el mayor registró de casos diagnosticados de malaria.

Solo en el 2019 el país registró 320.000 contagios de esta enfermedad, siendo el estado Bolívar y sus zonas mineras las más afectadas por la propagación de la malaria.

La ONG advirtió que la propagación de esta enfermedad en el estado más al sur de Venezuela se debe a que «allí la minería ilegal de oro ha estado pujando durante años y el metal amarillo se ha convertido en una motivación para que muchos venezolanos se dirijan hacia el sur del país, como una última oportunidad para ganarse la vida antes de regresar a casa o huir a Brasil».

Desde el 2016, Médicos Sin Fronteras colabora con el Programa Nacional de Malaria venezolano, y desde entonces sus especialistas han visto cómo la enfermedad que estaba casi erradicada en el país ha tomado terreno en estados como Bolívar, según lo explicó el inspector de salud pública Yorvis Ascanio, quien labora para el programa Nacional de Malaria en el municipio Sifontes, donde la enfermedad es una endemia. «Cuando la crisis económica golpeó a Venezuela  comenzamos a tener cada vez menos medicamentos en nuestro ‘stock’. Pronto tuvimos que elegir a quién dar los pocos que teníamos y tuvimos que enfocarnos solo en casos severos y fue la misma situación en otros ambulatorios y puntos de diagnóstico. He estado trabajando en esta área durante los últimos 12 años. He visto los altibajos de este lugar. Pero este último período está siendo extremadamente difícil para nosotros”, detalló.

Solo en 2019, la ONG trató a más de 85.000 personas contra la malaria, sensibilizó a más de 55.000 a través de sesiones de promoción de la salud, distribuyó más de 65.000 mosquiteras, roció con insecticida 530 hogares y ayudó a llevar a cabo más de 250.000 pruebas de diagnóstico de la enfermedad.

Se paga con oro

En los pueblos mineros del estado Bolívar, hasta los tratamientos médicos se pagan con oro, según lo relató Sulay Lozano, una joven de 22 años que ha su corta edad dice haber sido diagnosticada con malaria en no menos de 40 oportunidades.

Lozano, quien vive junto a su hijo, su madre, su padrastro, sus hermanos, tíos y primos en un cuarto hecho con láminas de plástico en Las Claritas, un pequeño poblado construido a las afueras de una mina, contó cómo en su localidad todo se paga en oro. «Aquí pagamos todo en oro. Por ejemplo, el mosquitero que uso cuando duermo en mi hamaca me costó 0.8 gramos de oro. Fue bastante costoso, pero lo compré porque la malaria es una plaga en esta área. Tan pronto como dejas tu mosquitero, un mosquito te pica».

Aseguró que todos por su localidad han tenido esta enfermedad, pero a ella no le preocupa tanto. «No estoy demasiado preocupada, incluso cuando uno de nosotros se enferma. He tenido malaria 40 veces y mi hermano pequeño unas 10 veces. Mi madre, mi hija y mi sobrino también la han tenido en muchas oportunidades. Eso es algo normal para nosotros, solo intentamos prevenirla cuando podemos y tratarla cuando nos da”.

Para ella han sido tantas veces las que se ha visto enferma com malaria que ya sabe cómo detectar la enfermedad, lo que le permite “pedir un diagnóstico tan pronto como” empieza a sentirse mal.

“Cuando aún vivíamos dentro de la mina, tuve que comprar el tratamiento para la malaria; no había forma de obtenerlo gratis. Una ronda completa me costaba alrededor de 1,5 gramos de oro en ese entonces. Era costoso, pero me habría costado aún más llegar al ambulatorio en la ciudad donde se proporcionaba de forma gratuita. Conozco personas que murieron de malaria, así que sé lo importante que es el tratamiento”, detalló.

Hace 50 años, Venezuela era uno de los países que aportaba el mayor número de esfuerzos para erradicar enfermedades mortales como la malaria, y aunque no se llegó a erradicar por completo los esfuerzos sirvieron para reducir de manera drástica el número de casos, sin embargo, en los últimos años la epidemia ha regresado con fuerza”, advirtió la ONG.

Además de combatir la malaria en el estado de Bolívar, la ONG ha dedicado “un importante esfuerzo en los últimos meses para prestar un mayor apoyo al sistema de salud público”. Los equipos de la organización médica, que tiene presencia en Venezuela desde 2015, trabajan también en la capital, Caracas, y en los estados de Sucre, Amazonas, Anzoátegui y Delta Amacuro. También prestan atención médica y psicológica a los refugiados venezolanos que han cruzado al otro lado de las fronteras con Brasil y Colombia.

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