El gobierno británico calificó este lunes el nuevo coronavirus de “amenaza grave e inminente para la salud pública” y anunció cuatro nuevos casos que llevan a ocho el total de infectados registrados en el país.
“La incidencia o la transmisión del nuevo coronavirus constituye una amenaza grave e inminente para la salud pública”, indicó el ministerio de Sanidad británico en un comunicado, en el que explica haber tomado medidas para “retrasar o impedir nuevas transmisiones del virus”.
En el marco de estas nuevas medidas, las personas infectadas con el coronavirus pueden ser forzadas a hacer cuarentena y no podrán partir por su voluntad si constituyen una amenaza para la salud pública.
Según una fuente gubernamental no identificada citada por la agencia de noticias británica Press Association, estas nuevas medidas se tomaron después de que una persona que regresó de China en un vuelo de evacuación “amenazase” con abandonar el aislamiento de 14 días impuesto por la autoridades.
“Reforzamos nuestra reglamentación para que podamos mantener a los individuos aislados por su propia seguridad y si los profesionales de la salud pública consideran que se corre el riesgo de que propaguen el virus a otras personas”, declaró un portavoz del ministerio de Salud.
Las autoridades anunciaron asimismo que otras cuatro personas dieron resultados positivos del virus. Todas ellas son conocidos de un paciente británico cuyo caso se registró hace unos días en Francia, precisó el ministerio de Salud.
Este británico que se contagió del virus en Singapur parece vinculado a otros siete casos en Inglaterra, Francia y España, informó el lunes la prensa británica.
Contactadas por la AFP, las autoridades británicas no pudieron precisar si estos nuevos casos son los mismos de los que ya informaron las autoridades francesas el sábado.
En el Reino Unido, los hospitales de Arrowe Park en Merseyside (norte de Inglaterra) y Kents Hill Park en Milton Keynes (centro de Inglaterra) fueron designados lugares destinados al “aislamiento”.
El nuevo coronavirus ha dejado ya más de 900 muertos en China continental (fuera de Hong Kong y Macao), donde el número de personas infectadas supera las 40.000, según el último balance establecido el lunes.
