Control de precios en dólares

People shop at a fresh produce market, in Caracas, Venezuela May 9, 2020. Picture taken May 9, 2020. REUTERS/Fausto Torrealba NO RESALES. NO ARCHIVES

A simple vista, los precios de los productos de la lista que publicó el Ministerio de Comercio parecen haber subido. Sin embargo, si se compara el precio en bolívares con el tipo de cambio del dólar registrado por el Banco Central de Venezuela, se nota que no existe ningún aumento

Hace menos de un mes, el gobierno del presidente Nicolás Maduro volvió a jugarse la carta del control de precios para intentar manejar una economía que acumula siete años en recesión y cuatro en hiperinflación. Aunque la noticia de un nuevo control de precios encendió las alarmas entre empresarios y analistas ante las consecuencias de esta medida en una economía destruida, este nuevo control ni es ni se ejecuta igual al que se impuso en 2018. Esta vez los precios no se tasan en bolívares: el dólar manda.

Desde el 27 de abril, fecha en que se publicó la primera lista con los precios máximos de 27 productos, el Ministerio de Comercio la ha actualizado dos veces. La primera actualización fue el 6 de mayo. La segunda, solo tres días después (9 de mayo).

A simple vista, los precios de los productos de la lista parecen haber subido. La lista presenta el valor en bolívares (moneda oficial de Venezuela) y en petros, la criptomoneda que el Gobierno Nacional intentó imponer, aunque sin mucho éxito. Sin embargo, si se compara el precio en bolívares con el tipo de cambio del dólar registrado por el Banco Central de Venezuela, la situación es distinta.

No aumentaron

La realidad es que los precios de los productos no aumentaron, solo se ajustaron a la subida del dólar respecto al bolívar. Lo que el Ministerio de Comercio publica es simplemente una nueva conversión de los precios que están controlados o acordados en dólares, pero que insisten en publicar en bolívares quizás para guardar las formas.

Si se compara el precio del kilo de la carne de solomo que se publicó en la lista con fecha del 6 de abril (Bs. 613.949,28) con el monto del mismo producto en la lista del 9 de mayo (Bs. 626.576,41) se podría pensar que aumentó. Pero si se lleva cada uno de esos precios a dólares, tomando en cuenta el tipo de cambio del BCV para cada uno de esos días, se nota que el precio del producto es el mismo: $3,62.

Esta misma situación se repite en los 27 productos, de modo que lo que el ajuste en bolívares de la lista realmente muestra es la devaluación del bolívar.

Vuelven controles

El control de precios en Venezuela, que había desaparecido en el 2019, volvió al país en medio de la cuarentena por el nuevo coronavirus.

Las fiscalizaciones de las empresas de alimentos habían cesado en el último año, en lo que parecía ser una flexibilización de los precios por parte del gobierno, con el fin de abastecer a un mercado que vivió una gran escasez de productos durante 2018.

Sin embargo, el repunte que ha registrado el precio del dólar desde el inicio de la cuarentena (más de 153 %) ha disparado los precios de los productos y condujo a que el gobierno tomara de nuevo la carta de la Ley de Precios Justos, para intentar controlar una economía que, según el FMI, cerrará el 2020 con una hiperinflación de 15.000 %.

Las medidas de fiscalización del gobierno ocurren en medio de la paralización de la economía, que mantiene a la mayor parte de la población en casa y que perjudica a más de la mitad de los venezolanos que viven de ingresos provenientes del sector informal.

No a todos les gusta

El pasado 27 de abril, el Ministerio de Comercio sacó su primera lista de precios “acordados” en su página web. Esta lista se generó días después que el Gobierno Nacional tomara las instalaciones de importantes plantas procesadoras de alimentos. Entre ellas se encontraba una planta de Empresas Polar, la mayor empresa de producción y distribución de alimentos del país.

La idea, según anunció la vicepresidenta Delcy Rodríguez, era “combatir la especulación” en medio de la cuarentena. Los empresarios no tardaron en pronunciarse ante lo obvio: en Venezuela, los controles son sinónimo de colas y escasez.

Sin embargo, en medio de una transmisión en vivo por Venezolana de Televisión (VTV), el ministro de Industrias y también de Petróleo, Tareck El Aissami, se sentó con empresarios poco conocidos en una mesa de trabajo para asegurar que lo que venía no era un control de precios sino unos “precios acordados”. Además, prometió que la lista iba a ser constantemente actualizada.

La promesa de El Aissami parece cumplirse. El control no se impuso en bolívares, sino en dólares. A pesar de esto, el presidente de Empresas Polar, Lorenzo Mendoza, advirtió que esto tampoco era garantía de nada, porque los empresarios venezolanos tenían que comprar los dólares para adquirir materia prima a una tasa que no se rige por el BCV, sino por el mercado paralelo.

Sin embargo, la diferencia entre el precio del dólar a la tasa oficial del BCV y la tasa de distintas páginas que cotizan en un mercado informal, se asemejan, e incluso, en algunas ocasiones se entrecruzan. Aunque el mayor temor de los empresarios es que el gobierno del presidente Maduro esté tentado a controlar el precio del dólar reportado por el BCV, en cuyo caso los precios quedarían rezagados.

RECUADRO

Sueldo en bolívares

La dolarización de las transacciones en Venezuela no llegó con la cuarentena por el covid-19, aunque su validación por el gobierno del presidente Maduro parece que sí. Más del 50 % de las transacciones que se realizan en el país se hacen con el dólar como moneda de cambio. Pero el sueldo de los empleados públicos, de los pensionados y de muchos trabajadores de empresas privadas sigue pagándose en bolívares.

Es por esta razón que la caída del poder adquisitivo, que se experimenta en el país desde el 2013, se acentuó con el covid-19. La razón principal es que la dinámica laboral del venezolano mutó en los últimos años. Muchos entraron al mercado informal que les permite obtener más dinero y dólares que un trabajo formal. Sin embargo, con la cuarentena, muchas personas tuvieron que quedarse en casa y dejaron de percibir el sustento diario que les permitía alimentar a sus familias.

Con un sueldo mínimo mensual de apenas $ 5, un pensionado solo puede comprar un kilo de carne para comer todo el mes.

Ariana Briceño Rojas/El Estímulo

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