China lanza el primer módulo de su nueva estación espacial

La construcción, que tendrá forma de T y dos laboratorios, estará completada a finales de 2022. Este año ya acogerá dos misiones tripuladas. El ambicioso programa espacial de China, casi en pañales hace apenas dos décadas, ha dado un nuevo y gigantesco paso adelante. Ha lanzado este jueves el primer módulo de su estación espacial, que funcionará en paralelo con la estación espacial internacional (ISS), fruto de la cooperación entre una quincena de países. Según los planes de Pekín, este mismo año empezará a acoger misiones tripuladas; su construcción se completará a finales de 2022. El lanzamiento del cohete Larga Marcha-5B que transporta el módulo Tianhe, o armonía celestial, ocurrió a las 11.23, hora local (05.23 de ayer en la península española) desde la base espacial china de Wenchang, en la isla tropical de Hainan, según informó la agencia de noticias estatal Xinhua. Tianhe orbitará la tierra a una altura entre los 340 y los 450 kilómetros.

Con unas dimensiones de 16,6 metros de largo por 4,2 de ancho, será el centro de control y el área de residencia de las futuras misiones tripuladas a la estación espacial. La estación espacial china (CSS son sus siglas en inglés, o Tiangong, palacio celestial, como se la ha llamado en su país) contará con otros dos módulos, Wentian y Mengtian –búsqueda celestial y sueño celestial, respectivamente–, dos laboratorios que se instalarán a cada lado de Tianhe. En total, la construcción en forma de T pesará unas 90 toneladas y alcanzará unas dimensiones similares a la MIR rusa, aunque será cuatro veces más pequeña que la ISS. Está pensada para acoger durante estancias prolongadas a equipos de tres astronautas, aunque en su interior podrán coincidir hasta seis personas en momentos de relevos entre tripulaciones. Los expertos de la agencia espacial china (CSNA) prevén que pueda estar operativa hasta un máximo de 15 años.

En total, la construcción en forma de T pesará unas 90 toneladas y alcanzará unas dimensiones similares a la MIR rusa. Para completar el proyecto harán falta aún 10 misiones más, cuatro este año y seis el próximo, cuando se lanzarán los módulos laboratorio. Habrá cuatro misiones de carga, que llevarán materiales para aprovisionar y acondicionar la CSS a bordo de las naves Tianzhou-2 y Tianzhou-3. La primera partirá el mes próximo. Otras cuatro —dos este año, y dos en 2022– serán tripuladas. La primera de ellas, a bordo de la nave Shenzhou-12, comenzará en junio y permanecerá en órbita tres meses. La segunda, en la Shenzhou-13, seis meses. Es todo un desafío logístico para el programa espacial chino: hasta ahora, el mayor tiempo que los astronautas de este país han permanecido en el espacio ha sido de 33 días.

China, que no participa en la ISS debido al veto de la NASA estadounidense, a la que las leyes de su país prohíben colaborar con Pekín, planea utilizar su estación espacial para probar tecnologías clave en sus ambiciones de explorar el espacio exterior y la resistencia de los materiales en el espacio. Muy especialmente, quiere verificar el funcionamiento de un nuevo “sistema de soporte de vida”, la tecnología de reciclaje de agua, oxígeno y otros materiales imprescindibles para permitir la supervivencia sin costosos –y voluminosos– envíos de material desde la Tierra. Una tecnología crucial para el desarrollo de misiones tripuladas de larga duración o el establecimiento de una base en la Luna, uno de los grandes sueños de los científicos espaciales chinos.

Con información de: https://elpais.com/

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