Así vivió una venezolana el conflicto en Israel.

Solo tenía 45 segundos para refugiarse: así vivió una venezolana el conflicto en Israel. Dahiana Cusnir empieza a contar en cuanto suena el primer estruendo de la alarma en Israel. Se levanta y busca a su hija de siete años de edad para entrar en el búnker. La pequeña empieza a preguntar qué sucede. Estar bajo amenaza la obliga a reaccionar de esa forma. Las alarmas se convirtieron en parte del paisaje sonoro. Eclipsan el ruido de la ciudad. Dahiana trata de evitar que el sonido se siga colando por la puerta y, durante esos 45 segundos, comienza a cantar una canción junto a su hija. Mamá, ¿qué es lo que se escucha en el cielo? Son fuegos artificiales. ¿Y por qué siempre tenemos que escondernos aquí? Ahí es donde podemos estar seguros.

Es como un juego. Dahiana no quiere que se trate de un juego, pero de esa manera no es tan atemorizante para su hija. Desde hace dos años y medio vive en Ashdod, Israel, lugar donde desde hace semanas no es posible pasar una noche tranquila. Confesó para El Diario que a veces se queda despierta por las madrugadas. La venezolana vive con su esposo, su mamá, su hijastro y su hija. Migraron desde San Cristóbal, estado Táchira. Dahiana relata que su familia ha tenido que pasar horas enteras dentro del mamad (como se le conoce en árabe al refugio) esperando no ser sorprendidos por uno de los misiles que cruzaron el cielo durante las últimas dos semanas.

Quienes están en medio de este conflicto israelí-palestino permanecen alertas al sonido de la alarma comunitaria que indica que un artefacto explosivo del enemigo está a punto de ser detonado. Hay poco tiempo para correr y refugiarse en estos espacios que están construidos dentro de los edificios, pues tienen muros más fuertes y resistentes, al igual que sus puertas y ventanas.

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