Libia: 10 años después, una sociedad fracturada busca reconciliación.

Miles de ciudadanos libios se echaron a la calle hace diez años para denunciar la corrupción y los abusos de las autoridades, así como para pedir libertad, democracia y el fin del régimen de Muamar el Gadafi, que estuvo gobernando con mano dura el país norteafricano durante más de 40 años. Consiguieron la caída del dictador libio, que murió meses después, el 20 de octubre de 2011, tras ser capturado y ejecutado por un grupo de rebeldes en Sirte, su ciudad natal. Sin embargo, “no se completó la tarea”, tal y como explica a RTVE.es el codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria. El movimiento en favor de un sistema democrático en Libia terminó desembocando en una guerra civil en la que han muerto más de 8.000 personas, con decenas de milicias armadas y un país divido, en el que ha reinado el caos durante años. La tregua que entró en vigor en octubre de 2020 y la reciente formación de un gobierno interino, con la vista puesta en unas elecciones previstas para el próximo 24 de diciembre, han abierto un camino lleno de incertidumbres hacia el fin del conflicto civil y una transición a la democracia.

El 17 de febrero de 2011 –una fecha conocida en Libia como el ‘Día de la Revuelta’–, miles de personas salieron a las calles para exigir reformas y el fin de la dictadura de Gadafi, inspiradas por las protestas populares en Egipto y Túnez, y enmarcadas en la llamada ‘Primavera Árabe’. Las movilizaciones, que comenzaron en el este de Libia, se extendieron hasta la capital, Trípoli, y pronto quedaron fuera de control, derivando en un conflicto. Gadafi trató de acabar con la revuelta con todo su aparato represivo, pero tan solo un mes después de que comenzara, diferentes grupos rebeldes se habían hecho con varias ciudades. En pleno avance de las tropas gadafistas, la OTAN y tropas francesas bombardearon posiciones del Ejército en el oeste de Libia para evitar que recuperaran las posiciones alcanzadas por los rebeldes. La intervención de la OTAN permitió que las tropas rebeldes tomaran Trípoli en agosto y dos meses después capturaran a Gadafi, que fue asesinado a golpes en Sirte, su ciudad natal. Sin embargo, la muerte de Gadafi no puso fin a la lucha por el poder entre las milicias armadas. “Una cosa es librarse de un dictador y otra cosa es ver qué ocurre a continuación y se entró en una dinámica repetida muchas veces de organizar unas elecciones de inmediato para dar una sensación de estabilidad”.

Con información de: https://www.rtve.es/

Salir de la versión móvil