Alfonso López Chollet: «La Sinfónica de Venezuela ha logrado reinventarse»

Orquesta Sinfónica de Venezuela

López Chollet es el director de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, fundada en 1930 y que ahora, en medio de la crisis económica y la pandemia, explora otros caminos para llegar al público. El «Concierto de película» es uno de ellos: una acertada manera de acercar a la gente a la riqueza de la música académica. La Orquesta Sinfónica de Venezuela ha marcado historia como precursora de la ejecución musical del país. Desde que fue fundada en 1930, innumerables músicos han trabajado arduamente para elevarla al lugar de honor que ocupa hoy en día. Ascanio Negretti, Ríos- Reyna y Domingo García son solo algunos de los personajes que asumieron el liderazgo que conlleva el puesto de concertino de la orquesta más antigua del país. Hoy esa responsabilidad recae en las manos de Alfonso López Chollet, violinista, compositor y profesor. Desde hace veinte años, López Chollet se desempeña como concertino y director de la Sinfónica. Alfonso López Chollet no viene de una familia de músicos, pero sus padres amaban la música clásica.

“Les encantaba un piano, una guitarra, un cuatro; a mi padre particularmente le gustaba el violín”, explica. Desde niño demostró su talento y fue rápidamente acogido por el maestro Emil Friedman, quien lo inició en el estudio de ese instrumento. Luego de graduarse del colegio, se fue a estudiar violín, composición y dirección orquestal en la Universidad de Michigan. Ingresó en las filas de la Orquesta Sinfónica de Venezuela en 1995, y siete años después ganó el puesto de concertino en una audición abierta a escala nacional en la que participaron como jurado los maestros Irwin Hoffman, Stoika Milanova, Virginie Robilliard, Raimondas Butvila y Glenn Exner. Este año la programación de “Nos vemos en la Concha” –una iniciativa de la Alcaldía de Baruta en Colinas de Bello Monte- regresó en su primera edición el 19 de febrero con el Concierto de película, en el cual la Orquesta Sinfónica de Venezuela tocó algunos de los temas más aclamados en la historia del cine. Alfonso López Chollet se encontró una vez más a cargo de dirigir a los músicos en este emocionante encuentro, que contó con más de tres mil espectadores entre vecinos, medios de comunicación, representantes diplomáticos y público en general.

“Fue impactante, fue espectacular; ya hay gente pidiendo otro”, se entusiasma López Chollet: “El Concierto de película fue una experiencia verdaderamente increíble. Se creó una atmósfera, un ambiente, y hubo una compenetración hasta con el clima; es como si todo hubiera cooperado con nosotros aquel día”. Eso depende de la afinidad que tengas con la música. Por ejemplo, “La guerra de las galaxias” se estrenó en el 77; es decir, esa música creció conmigo, por lo que la siento muy cercana. Amo tanto dirigir esa pieza como amo dirigir el Cascanueces de Tchaikovsky en el Teatro Teresa Carreño. Para mí esa es música que tiene el mismo valor, que puede conectarse con la gente que la escucha. La Sinfónica de Venezuela hizo un concierto en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela en el 2018, muy similar al que se dio en la Concha Acústica en febrero, y ese concierto lo vieron personas importantes que ahora están ligadas a la alcaldía de Baruta. Uno de ellos es un buen amigo, que actualmente es jefe de comunicaciones de la alcaldía de Baruta, y él quedó tan fascinado con ese concierto que insistió en que Caracas necesitaba una nota de gran optimismo y alegría.

Si el público sintió lo que sintió ese día en la Concha Acústica, es porque nosotros del lado del escenario también estábamos sintiendo algo similar, y logramos construir empatía con el público. Y eso es justamente lo que hacen los artistas, llevar un mensaje, comunicarlo. Esa energía que se sintió ese día logramos transformarla en algo hermoso, algo que en mi opinión va a quedar para el recuerdo. El que vive en esto de la música, siempre que va a tocar algo necesita comunicar, independientemente de que sea un soundtrack de películas, una sinfonía de Mozart, una obra de Bach, o el Cascanueces de Tchaikovsky. Lo que ocurre en el caso de la música de películas es que del lado del público en general hay más afinidad de lo que se puede tener con una obra de Mozart. Por eso la gente se emociona, porque es algo con lo que ha convivido a lo largo de su vida. Ese concierto fue un antes y un después. Meter esa cantidad de gente y obtener esos resultados fue impactante. Nosotros estamos acostumbrados a tocar con públicos mucho más pequeños, así que enfrentarnos a tres mil, cuatro mil personas, te podrás imaginar. Hay otra energía. Las hormiguitas que uno siente en el estómago no son las mismas. Ciertamente fue muy especial, los músicos prácticamente estaban flotando de la emoción. Es algo que vamos a recordar por mucho tiempo.

Con información de: https://www.elestimulo.com/

Salir de la versión móvil