El Presidente de EEUU llegó a Polonia para evaluar la situación de los refugiados

Presidente de EEUU

Visita la ciudad fronteriza de Rzeszów y afirma que EEUU acogerá hasta 100.000 desplazados. El presidente estadounidense, Joe Biden, viajó ayer a la ciudad polaca de Rzeszów, a unos 100 kilómetros de la frontera con Ucrania, para una visita de tres horas y media, tiempo que destinó a informarse por terceros de la situación de los refugiados que llegan a esa localidad fronteriza y a visitar las tropas estadounidenses allí destacadas. Le hubiera gustado cruzar a Ucrania para evaluar por sí mismo el impacto de la guerra y presenciar la «valentía de los ucranianos», pero no le dejaron por razones de seguridad. «No me dejan cruzar la frontera y echar un vistazo a lo que está ocurriendo en Ucrania y supongo que es comprensible», afirmó el presidente estadounidense que dijo sentirse por ello «algo decepcionado».

La Casa Blanca, efectivamente, ha puesto el énfasis en la seguridad a la hora de planificar el viaje a Polonia, y hasta la madrugada del viernes no reveló que Biden tenía previsto desplazarse a la ciudad de Rzeszów, situada a algo más de una hora por carretera de la frontera con Ucrania. Biden llegó a Rzeszów con los deberes hechos en Bruselas, donde además de participar en una maratoniana jornada de cumbres, llegó a un acuerdo con los socios europeos para al suministro de gas estadounidense. Le hacían falta, sin embargo, imágenes para casa y ninguna mejor que una visita a la 82ª División aerotransportada, una de las más reconocidas del ejército estadounidenses. La división se instaló en Rzeszów a finales de enero para reforzar el flanco oriental de la OTAN. «Ustedes son la mejor fuerza de combate de la historia del mundo», les dijo su comandante en jefe. «Somos el único país del mundo que no está organizado en función de la geografía, la nacionalidad, la religión, la raza o cualquier otra cosa. Nos une la idea de que todos los hombres y mujeres son iguales, han recibido ciertos derechos inalienables del Creador.

Ésa es la verdad y nunca nos hemos desviado de ella», dijo a los soldados. Vistendido, sin corbata y de buen humor, Biden contó la anécdota de cómo su hijo Beau, fallecido en 2015, no quería usar su apellido para no llamar la atención cuando estuvo desplegado como combatiente en la guerra de Irak. Biden se autoinvitó a comer pizza con los soldados, se hizo con un trozo que llevaba pepperoni y jalapeño y tras recuperarse de las primeras lágrimas por el picor se dio un paseo entre las mesas. Poco antes, visitó una sala en la que 14 militares estaban esperando para cortarse el pelo, y bromeó con ellos al decirles que, si él fuera a la peluquería, no habría «mucho» que cortar. Para la prensa que viaja con el presidente, no había razones para tanta distensión. De camino a Polonia, el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, ofreció en el avión presidencial una ronda informativa confirmando los planes de contención que está preparando la OTAN.

A una pregunta sobre la posibilidad de que Rusia intente bombardear los convoyes que transportan suministros a Ucrania por tierra a través de los países de la OTAN, Sullivan respondió: «Estamos haciendo planes de contingencia para la posibilidad de que Rusia decida atacar el territorio de la OTAN en ese contexto o en cualquier otro». Asimismo, agregó que «el presidente ha sido todo lo claro que se puede ser sobre su absoluta determinación de responder con decisión, junto a los demás miembros de nuestra alianza, si Rusia ataca a la OTAN». También sugirió que EEUU y sus aliados aún podrían imponer nuevas medidas para castigar a Rusia por su invasión de Ucrania. «Por supuesto, hay medidas adicionales para apretar las tuercas de las sanciones y las revisaremos constantemente», confirmó.

Con información de: https://www.elmundo.es/

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