Especialistas aseguran que pacientes diabéticos no necesariamente deben sentirse obligados a desechar las jeringas de insulina tras una única vez de uso, siempre y cuando las mismas sean de uso personal y exclusivo del paciente.
Así lo aseguran fuentes ligadas al área de salud, quienes alegan que los dispositivos pueden llegar a servir hasta para cinco aplicaciones.
“Siempre y cuando se tomen las precauciones necesarias, las inyectadoras de insulina no tienen que necesariamente ser desechadas tras una sola aplicación” aseguran especialistas.
Apuntan sin embargo que esta opción solo es válida y aplicable para pacientes cuyas jeringas son de uso exclusivamente personal.
“Es fundamental no compartir este tipo de herramientas bajo ningún concepto, pero también es necesario aclararle a los pacientes que usan insulina para tratar su patología que las agujas pueden tener varios usos y que esto no debe representar ningún problema para ellos”.
Explican que para ello es importante no mezclar los diferentes tipos de insulina que se vayan a colocar, “en caso de que el paciente utilice la cristalina o la NPH deben reservarse dos inyectadoras diferentes para cada tipo de insulina que se vaya a colocar, una vez hecha la aplicación el paciente debe limpiar la aguja con un algodón con alcohol y resguardarla para la próxima aplicación”.
Puntualizan que la jeringa debe ser desechada si presenta obstrucción en el haz de luz o en caso de que la misma se caiga y la aguja se desvíe.
“Hoy en día conseguir inyectadoras para insulina no siempre es sencillo por lo que usarlas varias veces se está haciendo bastante común entre los diabéticos, es nuestro deber aclarar que, siempre y cuando, se haga de la forma antes aclarada y no se utilicen para más de cinco aplicaciones esta práctica no debe representar ningún problema”, concluyen los expertos.
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