Las doctoras Bella Tula y Mariquita ofrecen consulta cada 15 días. Bien tempranito llegan los sábados a la emergencia pediátrica del Hospital Victorino Santaella cargadas de medicinas; las que ellas usan no son precisamente inyectadoras, jarabes ni rayos equis, sus herramientas son: burbujas, globos, sonrisas y abrazos.
Pero no van solas, llegan en cambote acompañadas de un colorido grupo de colegas cuyas narices rojas los identifican, son parte de una fundación con una década de historia a nivel nacional y dos años de acción ininterrumpida en los Altos Mirandinos, son parte de Doctor Yaso.
“Nuestra labor es ir a los hospitales donde hay niños y a través del juego y la risa hacer que se olviden de ese momento que están viviendo“, explica Zulay Hernández (Bella Tula), quien forma parte de la más reciente camada de payasos de hospital de la capital mirandina.
Explica que acá en los Altos Mirandinos el Santaella es el único hospital, por lo que es “ como nuestra casa”, aunque igualmente visitan cada fin de semanas casas hogares y ancianatos ubicados en los tres municipios que conforman la subregión altomirandina.
Cuando ponen un pie en la emergencia del Santaella todo el entorno se transforma, “contagian con esa alegría no sólo a los pequeñines sino también a familiares, médicos, enfermeras, personal de limpieza y hasta los vigilantes”, agrega Hernández.
Pero no siempre fue fácil acceder al nosocomio. Paula Espinoza (Mariquita) explica que ha sido un trabajo de hormiguita que ha venido creciendo desde hace 10 años; “al principio nos costó entrar pero ya nos abren las puertas de par en par cada vez que nos ven llegar, la receptividad es increíble”.
Tanto para Zulay como Paula entrar en Doctor Yaso ha sido un “sueño hecho realidad”. Ambas, desde muy jóvenes, sintieron especial atracción por realizar labor social; “dar sin recibir, hacer reír a los demás, retribuir lo que la vida nos ha dado”, son las frases que resumen sus razones para hoy día formar parte de ese batallón de narices rojas.
“En mi caso tengo a mi madre desde hace dos años en un geriátrico. Cuando me jubilé comencé a buscar qué hacer, una amiga me invitó a una charla en el antiguo Cultca en la que estaba Domingo Mondongo (Jorge Parra, uno de los fundadores de Doctor Yaso), escucharlo hablar fue suficiente para saber que eso era lo que quería hacer”, recordó Hernández.
Para Espinoza el proceso fue algo más sencillo, siempre realizó labor social en la ciudad de Caracas. “Siempre he hecho vida en la capital aunque vivo en Los Teques, entrar a la fundación por Caracas es muy difícil porque hay muchísima demanda, por lo que al enterarme de que abrirían la sede en Los Teques hice contacto con Nadia María Moncayo (fundadora de Dr. Yaso en Los Teques) y entré”, recuerda.
Ambas aseguran que entrar no es tan complicado, lo que se necesita es tener “un gran corazón” y muchísimo compromiso social. El proceso de ingreso para nuevos voluntarios se realiza anualmente, generalmente los primeros meses del año; el taller dura 25 horas. “Lo único que se pide es que seas mayor de edad”. Hasta la fecha la sede local cuenta con 35 voluntarios.
¡Llegó el marciano a buscarnos!
Puntualizan en la importancia de la preparación que reciben para formar parte de la fundación. “Te dan muchas herramientas, por ejemplo aprendes a que las despedidas no sean tristes; para eso nos preparamos, armamos una cola de payasos o exclamamos ¡llegó el marciano a buscarnos! y así salimos de las habitaciones”, indica Hernández.
Mientras que Espinoza explica que dentro de las herramientas que reciben está ese proceso “porque eso los va a marcar; tanto la entrada como el juego que hagas con ellos y la despedida para que no se traumática, uno como personaje se toma su tiempo para retirarse”.
Medicina para los abuelos
Pero no solamente llevan alegría a la emergencia u hospitalización pediátrica del hospital, también visitan ancianatos. “Aunque siempre dicen que un abuelo es como un niño, hay más limitaciones a la hora de abordarlos; tienen edad avanzada, hay cosas que no pueden hacer en comparación con la energía de un niño que aunque esté hospitalizado siempre reaccionan, se activan”, explica Espinoza.
“Los abuelos también se activan pero son más pasivos, quieren hablar, que uno les haga cosquillas, los ponga a bailar; que les den masajes en sus manos y piernas y cantar. La falta de afecto es muy grande, se sienten solos y nosotros les llevamos esa alegría”, agrega Hernández.
Los 30 más influyentes
Nadia María Moncayo, fundadora de Doctor Yaso en la ciudad de Los Teques, es una de las 55 nominadas para ingresar a la lista de las 30 personas más influyentes de Miranda, ranking que realiza el diario La Región para celebrar sus 32 años y cuyo resultado se hará publicó el próximo 2 de septiembre.gf
Para votar por Moncayo, nominada en la categoría Luchador Social, solo debes ingresar a nuestra página web www.diariolaregion.net y hacer click sobre el banner #Los30MasInfluyentes y participar en cualquiera de las 15 disciplinas.
Daniel Murolo – [email protected] / @dmurolo
Fotos:
11-13 Cada 15 días recorren los pasillos del HVS repartiendo alegría
11-14 La fundación cumplió 2 años en Los Teques el pasado mes de junio
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