Cuatro personas murieron y 30 resultaron heridas este miércoles en un atentado con coche bomba contra la comisaría de Midyat, sureste de Turquía, un día después del ataque que dejó 11 víctimas en Estambul.
Los dos atentados, atribuidos a los rebeldes kurdos, llegan con el inicio de la temporada alta de verano para la importante industria del turismo, duramente dañada por la serie de ataques que han golpeado este año a Turquía, en estado de máxima alerta.
El primer ministro turco Binali Yildirim, informó que un policía y dos civiles murieron este miércoles por la explosión de un coche bomba delante del cuartel general de la seguridad de Midyat, en la provincia de Mardin, situada en el sureste de mayoría kurda del país.
Durante la tarde la agencia progubernamental Anatolia informó que un policía que había resultado herido murió en el hospital donde era atendido.
La potente explosión destrozó la fachada del edificio de varias plantas de la policía, según las imágenes difundidas por las cadenas de información turcas, y dañó los inmuebles colindantes. Una espesa columna de humo negro salía del edificio, según las imágenes de las televisiones.
«El autor de este ataque es la mortífera organización PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán)», indicó Yildirim a los periodistas en Estambul, donde asistió después con varios ministros a una plegaria en homenaje a los policías muertos en el ataque del día anterior en esta ciudad.
Después del rezo, la multitud congregada en la mezquita de Fatih, situada cerca del lugar del atentado, entonó cánticos como «¡Los mártires son inmortales, la patria es indivisible!».
El martes, la explosión de un coche bomba al paso de un autobús de la policía dejó 11 muertos, seis de ellos policías, en el barrio de Beyazit, cerca de la estación de metro de Vezneciler, en Estambul.
Para ocultar los daños, se colgaron lonas y banderas turcas en los edificios, mientras que los comerciantes del barrio barrían delante de sus tiendas.
AFP
