Muchas personas con sobrepeso engordan aún sin comer mucho. Hacen admirables intentos por adelgazar pero sin éxito. La causa podría estar en las propias células de grasa, que requieren suficiente calcio y vitamina D para funcionar correctamente.
Recientemente se descubrió que 75% de la población puede tener deficiencia de vitamina D, por lo tanto, es una causa muy frecuente de sobrepeso. En su esfuerzo por prevenir el cáncer de piel, algunos evitan la principal fuente de vitamina D, el Sol.
Actuando junto a la vitamina D, el calcio estimula la utilización de la grasa como fuente de energía.
En las personas con deficiencia de Vitamina D, cambia la forma de procesar los nutrientes. En vez de ser utilizados los alimentos como combustible, se activa una enzima que almacena la comida en las células de grasa. Llevando a aumentar de peso, principalmente en la grasa del abdomen.
Los lácteos no son todos iguales. Algunos tienen mejores proteínas, menos grasa y menos azúcar. La siguiente es una tabla de lácteos según su importancia para acelerar el metabolismo y producir saciedad.
El calcio de los alimentos es indispensable para adelgazar porque no puede ser reemplazado por el calcio que proveniene de las pastillas. Por lo cual los lácteos descremados son importantes para bajar de peso.
Fuentes de Vitamina D
Pocos alimentos tienen la cantidad necesaria de vitamina D y por eso la leche es fortificada con 400 UI de vitamina D.
Aún así es recommendable tomar, por lo menos, 1.000 UI al día de Vitamina D para evitar la deficiencia de vitamina D.
Especialmente en las personas que no se exponen mucho al Sol, que utilizan bloqueadores solares, que viven en ciudades contaminadas o con inviernos prolongados.
Pocos alimentos contienen naturalmente cantidades significativas de vitamina D. Generalmente otros lácteos, como quesos, mantequilla y yogurt, no son fortificados con vitamina D.
Digestión de los lácteos
La mayoría perdemos la capacidad de digerirlos y a partir de los 25-30 años son frecuentes los síntomas de estómago abombado, gases, acidez y dolor.
Los síntomas no empiezan inmediatamente al terminar de comer, sino después de la siguiente comida. Por eso es difícil reconocer la causa. Además, sin sospecharlo, muchos de los alimentos, que consumimos diariamente, contienen leche como el pan, las galletas, el chocolate e inclusive algunos medicamentos. La intolerancia a la lactosa no es un problema peligroso y, una vez detectado, tiene fácil solución.
No todos los lácteos tienen mucha lactosa, por eso es mejor sustituir los alimentos con más lactosa por aquellos que contienen menor cantidad.
La enzima Lactasa es la encargada de digerir los alimentos con leche, pero casi todas las personas mayores de 30 años dejan de producirla en el estómago. Al desaparecer la lactasa, lentamente van apareciendo los síntomas de estómago inflamado.
Tratamiento
A través de los suplementos con Lactasa es posible obtener la enzima para digerir la leche. Pide en cualquier farmacia un suplemento con Lactasa y toma 9.000 UI cada vez que comas un alimento con leche.
