Nada detuvo al emisario de la familia Ibarren – Sublet para que cumpliera con su objetivo. Tras atravesar un auténtico mar de banderas y bajo un abrasante sol, Luis logró colocar frente a la tarima donde se esperaba la intervención de Juan Guaidó, la centenaria imagen de la Virgen de la O.
Tallada en madera y con más de un metro de altura, el fornido hombre, alzó en sus brazos sobre las cabezas de miles de venezolanos la pesada estatua logrando atravesar en menos de 60 minutos, de punta a punta, la abarrotada avenida principal de Las Mercedes.
«Está embarazada, se le ve la barriguita», alcanzó a decir el hombre refiriéndose a la imagen tras, con la ayuda de los manifestantes y algunos periodista, lograr saltar la baranda que impedía el avance a la tarima principal.
Virgen de la Esperanza, Virgen encinta, Virgen de la Divina Enfermera, Virgen de la Dulce Espera o Virgen de la O, se trata de una advocación mariana en la que se la asocia con el Adviento o espera de la Natividad de Cristo – además con la virtud teologal de la esperanza- ; el período en que la Virgen María estaba embarazada.
Entre los gritos y aplausos de los asistentes a la concentración convocada por el presidente interino Juan Guaidó, el hombre explica a quienes observan la imagen que cada 18 de diciembre en el seno de su numerosa familia se celebra una misa en su honor, siete días antes del nacimiento del Niño Dios.
Acompañado de dos jóvenes, miembros de una familia caraqueña compuesta por cerca de 40 nietos y 30 bisnietos, revela el objetivo de su misión: hemos traído a la Virgen de la Esperanza hasta aquí, por que hoy junto al presidente Juan Guaidó, nace una nueva Venezuela.
Tricolor mariano
Entre las miles de banderas tricolor que ondeaban, resaltó la presencia de decenas de pancartas e incluso vallas con imágenes religiosas como la de la Virgen de Coromoto – Patrona de Venezuela – y en la que se podían leer oraciones.
«Recobramos la esperanza por un cambio», sentencia una de las mujeres que, aprisionada contra la baranda en primera fila, sostiene entre sus manos con fuerza un rosario cuyas cuencas resaltan por sus colores: amarillas, azules y rojas.
A pocos metros, vestida de blanca, sombrero para protegerse del sol y varios escapulario colgados a su cuello, otra dama sostiene en sus manos la Virgen del Valle.
La imagen – confeccionada por la mujer- capta automáticamente la atención de los representantes de los medios de comunicación social nacionales e internacionales que agrupados esperan el inicio del acto, convirtiendo a la Patrona del Oriente venezolano en protagonista por algunos minutos.
«Nuestro Presidente es mariano», agrega otro de los presentes. En el Instagram de Guaidó, destacan fotos en el que se le observa participando activamente en la procesión de la Divida Pastora, una de las movilizaciones marianas más grandes del mundo.
Junto a él – ya en tarima y dirigiéndose a la multitud- se mantiene un paso atrás Fabiana Rosales – esposa de Guaidó-, vestida con una vaporosa blusa blanca manga larga, cabello suelto, con un rosario de madera colgado al cuello y en sus manos una bandera en la que minuciosanente alguien colocó, en cada una de las estrellas, imágenes de diferentes advocaciones de la virgen.
De mano en mano, superando la división física inicial de la barrera de metal y posteriormente la altura de la tarima, la Virgen del Valle culmina finalmente, tras un largo recorrido que comenzó en brazos de su creadora en el oeste de Caracas, en las manos de quien ahora es la Primera Dama.
«Hoy es Día de La Candelaria», recuerda la mujer visiblemente emocinada cuando observa que su creación logró su objetivo: «de ahora en adelante protegerá al hombre que despertó de nuevo nuestra esperanza y con ella nuestra gran fe en Dios».
Daniel Murolo
