Quienes ocupan Miraflores siguen dejando en un segundo plano las necesidades del pueblo, viendo la política como una manera de demostrar el poder y no como una manera de servir. No han sabido leer lo que el pueblo les ha hecho saber con sus votos, venciendo el miedo y el chantaje que han convertido en su manera de mandar. Porque esta gente no gobierna: simplemente manda y por eso se desesperan cuando ven que existe un país capaz de pensar por sí mismo, capaz de manifestarse en contra de sus caprichos, capaz de decidir su futuro
El pueblo de Venezuela ha demostrado que desde hace rato no se cala que un partido se crea su dueño, manipulando datos y tratando nuestro país como si se tratara de su hacienda. Esa actitud es la que reprochan quienes creemos en la democracia, en la inclusión y en que sólo podemos construir el progreso juntos.
Pero ahí siguen los irresponsables de Miraflores gastando el dinero de los venezolanos en construir una matriz de opinión que siembre mentiras tan bajas como pretender que en las elecciones municipales ganaron en nuestro estado Miranda. Su soberbia y su obsesión los ha enloquecido y por eso han perdido la confianza de muchos de sus militantes que ahora han decidido emprender un futuro mejor.
Son incapaces de revisar por qué ahora tienen menos alcaldías que antes y nuestra alternativa crece, o por qué en cada proceso electoral son más evidentes las pruebas de que su modelo fracasa y pierde adeptos, o por qué el país demostró que está negado a ser «una sociedad de plasmas» y que ese invento de la guerra económica no ha servido para ocultar la profunda crisis en la que nos hundieron.
En lugar de reconocer cuánto se han equivocado y las consecuencias de un gobierno centralista y hambreador que se niega a rectificar, se inventan votos y gastan plata en su obsesión de creer que atacándome a mí justifican todas las torpezas que han encochinado su paso por la política. Y lo más vergonzoso es ver que quien lidera todo ese ataque lleno de violencia, desespero y manipulación es un político a quien nadie quiere ver por Miranda después de haberse robado hasta los bombillos y engañado a los mirandinos hasta que el pueblo lo sacó de aquí con los votos.
¡Ya basta de que desde Miraflores sigan inventando una guerra entre los venezolanos que sólo les sirve a ellos para distraer a nuestro pueblo de las barbaridades que han cometido! Porque lo peor es que se ponen en evidencia rapidito: cuando ya no necesitaban el voto de su militancia, empiezan a hablar de reformas económicas y hasta de aumento de la gasolina. Repito: esa gente cree que mandar es gobernar, y gobernar es otra cosa.
Gobernar es ponerse del lado de nuestra gente. Y nuestra gente, tras todos estos años padeciendo las políticas públicas nacionales menos efectivas en la historia de Venezuela, todavía no ha visto verdaderas soluciones a sus principales problemas. Pero sí han visto cómo el dinero que podría adecentar el destrozado sistema de salud pública nacional se invierte en una campaña obsesiva para conseguirle excusas al desastre en que se traduce su gestión.
Ya es hora de que el gobierno nacional entienda de una buena vez que su afán de dividir es tan ineficaz como ha sido su manía de centralizarlo todo. Así como todos los alcaldes de Miranda tienen que gobernar en coordinación con la Gobernación, quienes ocupan Miraflores tiene que entender que ellos nos son los dueños del país y que el pueblo mirandino tiene eso bastante claro y desde hace ya varios años.
Pero irrespetan tanto al pueblo que terminan instalándoles gobiernos paralelos a esos candidatos que terminaron defraudándolos, en lugar de apoyar las gestiones que la gente escogió con su voto. Al parecer en el partido de gobierno no aprenden: ésa estrategia no les funcionó en Miranda ni les funcionará en las otras regiones, porque si algo tienen claro los venezolanos es que las principales características de su manera de «mandar» son la ineficacia y la incapacidad para gobernar de manera articulada, algo que no logran ni siquiera entre el Ejecutivo Nacional y los gobernadores y alcaldes de su propia tolda política.
Cuando desde Miraflores insisten en sembrar la idea de que ganaron lo único que ponen en evidencia es que son incapaces de reconocer que sus fracasos no han sido sólo electorales, sino económicos, sociales y de políticas públicas en general. Cuando en Miraflores intentan aferrarse a los números que el CNE sigue acomodando a conveniencia del gobierno, es porque no tienen idea de cómo acomodar los números de la inflación, la escasez y la inseguridad. Cuando en Miraflores insisten en «explicar» su victoria a cada ratico lo que parece es que intentan convencerse a sí mismos de algo que saben que es una gran mentira.
Y un gobierno no está para explicar victorias, sino para gobernar. La gente quiere soluciones a sus problemas, no excusas que a punta de espejismos ideológicos quieren apostar por desarticular a quienes hemos demostrado una eficaz fortaleza en nuestro pluralismo y nuestra unidad.
Nuestro país dividido y nuestro pueblo clama que, más allá de las diferencias políticas, haya un diálogo verdadero que nos permita trabajar en solucionar tantos problemas que agobian el día a día de las familias de todo el país.
¡Hay que trabajar por dar ese cambio y lo estamos haciendo con paso firme! Es lo que el pueblo pide y demuestra en las calles de las ciudades y los pueblos de todo el país. ¡Que nada nos detenga!
CAMINO AL PROGRESO
Henrique Capriles Radonski
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