Un ambicioso proyecto agrícola llamado “vivero agroecológico“ se inauguró esta semana en la Unidad Educativa Estadal Urquía para ser trabajado por los alumnos de sexto grado, quienes se encuentran aprendiendo todo lo relacionado al cultivo y producción, muy apropiado para la zona en la que habitan.
El coordinador de educación primaria del plantel, Gregorio Fernández, explicó que el plan piloto se comenzó a trabajar con los alumnos de 6to, quienes a su vez le explican todo lo aprendido a los más pequeños de cuarto grado como una estrategia pedagógica para que refuercen sus conocimientos.
Los estudiantes realizan un impresionante trabajo de campo donde se involucran en la producción desde el comienzo, trabajando con el humus que obtienen de las lombrices rojas californianas y comparando los resultados que se pueden obtener con esta técnica agrícola.
El programa se realiza como parte del proyecto “Todos manos a la siembra“ y ha contado con la colaboración de organismos como el Ministerio del Poder Popular para el Ambiente y la Oficina Nacional Antidrogas (ONA).
Fernández explicó la importancia de este vivero y de la participación de los estudiantes que “no solo aprenden de agricultura y ciencia pues diariamente tienen que registrar los resultados y analizar las diferencias mediante gráficos en los cuales trabajan matemática y otras áreas,“ puntualizó.
Otra de las ventajas de este plan es que los padres y representantes, que son agricultores de la zona, reciben los conocimientos que sus hijos están adquiriendo sobre la producción ecológica y cómo tratar los cultivos con productos naturales, sin aditivos químicos.
Hablan los protagonistas
Una de las alumnas más destacadas que forma parte del proyecto es Bárbara Texeira, quien compartió su experiencia con este trabajo de campo. “Ha sido fantástico, hemos aprendido muchísimo sobre las plantas y los cultivos; trabajamos con una medida estándar de agua que le aplicamos diariamente, son 300 centímetros cúbicos para poder registrar las diferencias que ocurren“, aseguró.
Por su parte, Solymar Castillo, otra estudiante de 6to grado, aseguró haber perdido el asco que sentía por las lombrices rojas californianas. “No solo hemos aprendido, ya nos sentimos mucho más cómodos con las lombrices que antes nos daban asco. Tenemos diferentes cultivos y a algunos les aplicamos el humus y a otros agua para ver las diferencias que hasta los momentos han demostrado que con el humus las plantas crecen más“.
Esta observación se mantendrá durante dos semanas como parte del plan piloto para posteriormente aplicarse en todos los grados. Fernández también informó que en la escuela se mantienen cultivos y huertos medicinales que se venden para obtener recursos con el fin de financiar proyectos y hacer mejoras en el plantel.gf
Carlos Peña @Litozz / [email protected]