Los fines de semana colocan música a todo volumen y no hay policías
Quienes por las noche duermen en los apartamentos que conforman el conjunto residencial El Savil llegaron al borde de la desesperación.
No pueden dormir tranquilos ante el exceso de contaminación sónica que está presente cada segundo, bien sea por el ruido de equipos de sonidos o las bocinas de las cornetas.
Narró el habitante Carlos Leal, quien hace vida en la etapa A, que todos los fines de semana personas que no habitan en las residencias se colocan en la planta baja (entre pasillo y áreas comunes) y en una esquina de la calle Ayacucho con el propósito de escuchar música a todo volumen, ingerir bebidas alcohólicas y hasta fumar tabaco.
Asegura que los residentes le han reclamado a las personas que “abusan” del sonido pero éstos hacen caso omiso a los señalamientos y prosiguen molestando a los pobladores.
“Como no hay policías después de las nueve de la noche los que trabajamos tenemos que trasnocharnos. Vale eso no puede ser así. Los tipos esos hasta juegan barajas”.
Aparte de lo que ocurre los fines de semanas, los habitantes tienen que lidiar con el ruido proveniente de las bocinas de los carros y autobuses que comienza a efectuarse después de las seis de la mañana. “Es típico. Si está trancada de lado a lado la calle Ayacucho el corneteo es más fuerte”, dijo.
Urbanismo sin tranquilidad
Los atracos a mano armada son bien comunes en los alrededores de las residencias El Savil. Según las denuncias de las personas, en cualquier hora los pobladores han sido objetos de robos con objetos contundentes y armas de fuego.
“En enero unos malandritos que no son de aquí me quitaron el celular en la puerta para entrar al pasillo de la torre a. Me pescaron hablando por teléfono”, comentó una residentes que por motivos de seguridad prefirió declarar en condición de anonimato.
Además, indicó que cuando sale de su apartamento está “mosca” y mira para todos los lados debido al grado de peligrosidad que se vive constantemente.
También, la fuente bajo reserva declaró que la inseguridad se debe en una parte porque los mismos vecinos de las residencias “le abren la reja a todo el que viene”. Los propietarios de los cuatro edificios están pidiendo mayor seguridad, tanto en la puerta de cada una de las residencias como adentro.
Basura de arriba a abajo
La contaminación por desechos sólidos en este año se ha intensificado notablemente según las informaciones de las personas.
El vecino Simón Pestana declaró que diariamente están lanzando desperdicios de las ventanas de los apartamentos en los pisos superiores y asegura que ello representa un peligro.
“Pañales sucios, toallas sanitarias, envases de compotas y hasta botellas se la pasan tirando. Eso es muy peligroso porque le puede caer a alguien que vaya caminando por la acerca, incluso, a quien vaya manejando también le pueden caer los objetos”.
De igual forma, añadió que en la parte baja de la calle se están acumulando aguas negras.
Comienzo de daños
En la calle Rivas, cerca del preescolar “Carmencita”, se está empezando a dañar la vialidad y eso ha originado la formación de un hueco que tienen en su interior unas tuberías.
Las groserías de los conductores se escuchan en voz alta cada vez que un vehículo cae en la abertura. Los vecinos de las torres cercanas a la arteria vial le piden al gobierno local tapar el bache y evitar que aumente de tamaño. El agua de lluvia va socavando lentamente el hueco.
Eduardo Lugo – [email protected] / @eduardooasis