La carretera que comunica a la comunidad de Tácata con el pueblo de Paracotos es una verdadera “guillotina” debido a los numerosos derrumbes, fallas de borde y troneras que abundan en la zona.
Una vía de tierra con tramos “medio asfaltados” da la bienvenida a los visitantes. Las troneras de diferentes tamaños son un “dolor de cabeza” para los que circulan por la zona.
Piedras de gran envergadura y troncos de árboles están apostados en diferentes puntos del trayecto y obstaculizan el flujo vehicular. Sumado a esto el rayado de tránsito y división de los canales no existe por ningún lado, lo cual resulta verdaderamente peligroso ya que ni defensas hay en ninguno de los kilómetros que conducen hasta Paracotos.
Los postes de luz “jamás han existido en esta carretera”, los conductores que pasan a altas horas de la noche por allí deben andar precavidos de no caer en un hueco, tienen que visualizar bien la carretera y cuidarse de los maleantes que a veces hacen de las suyas en este camino desierto.
La maleza es otro de los problemas que consume la vía. Se puede observar a simple vista que hace años esta carretera no recibe mantenimiento, de lo contrario no se encontraría en el total estado de abandono en el que está.gf
Ronald Gil – [email protected] / @thedaniels21