El Tribunal de Milán condenó hoy a los diseñadores italianos Domenico Dolce y Stefano Gabbana a un año y ocho meses de cárcel por un delito de evasión fiscal de cerca de 1.000 millones de euros (1,3 millones de dólares).
Asimismo, la jueza Antonella Brambilla estableció que los modistos deberán resarcir al fisco italiano, estableciendo una cantidad provisional de 500.000 euros (668.650 dólares), informaron los medios de comunicación italianos.
La condena dictaminada por el Tribunal milanés es inferior a la solicitada por el fiscal Gaetano Ruta, que pidió dos años y medio de cárcel para los diseñadores por este caso, en el que estaban imputadas otras cinco personas.
Ruta alegó en su formulación de la pena que los modistos fueron «los sujetos que se beneficiaron en mayor medida» de la operación que permitió una evasión fiscal a gran escala.
Tras conocer la decisión del Tribunal de Milán, la defensa de Dolce y Gabbana explicó que ahora esperarán a las motivaciones de la sentencia y recurrirán el veredicto en apelación.
El caso juzga la supuesta evasión fiscal que pudieron llevar a cabo mediante su firma Dolce & Gabbana, que creó una sociedad con sede en Luxemburgo bajo el nombre de «Gado», que constaba como la propietaria de algunas de las marcas que forman parte del grupo, pero que en realidad se gestionaba desde Italia.
De este modo, según la Fiscalía, que llevó a cabo la investigación entre 2007 y octubre de 2010, las ganancias derivadas de la explotación de la marca tributaban en el extranjero y no en Italia, donde deberían haberse pagado los impuestos.
Ambos estilistas estaban acusados además de haber cedido las marcas que forman parte de su imperio a la sociedad «Gado» por 360 millones de euros (464 millones de dólares), un valor muy inferior al real según la acusación, que lo cifra en unos 700 millones de euros (903 millones de dólares).
«‘Gado’ era una construcción artificial y funcional destinada a conseguir la ventaja fiscal que se obtuvo (…) ‘Gado’ tenía solo una pequeña oficina en Luxemburgo en un edificio y no había ninguna actividad en ella, porque la actividad verdadera estaba toda en Italia», afirmó el fiscal.
Y agregó que en este proceso había existido una tendencia a «mantener a los dos (modistos) imputados un poco fuera del asunto porque muchos testigos decían que no se ocupaban de estas cosas, que son solo creadores. Pero Dolce y Gabbana son sujetos que indirectamente se han beneficiado en mayor medida de esta operación, en el momento en el que ‘Gado’ está controlada en un 80 % por Dolce&Gabbana».
En abril de 2011 un juez decidió archivar la causa contra los diseñadores italianos al considerar que no había lugar para su enjuiciamiento, pero la Fiscalía recurrió al Tribunal Supremo, que decidió en noviembre de ese mismo año que se procediera contra ellos por la evasión fiscal y no por el supuesto delito de estafa al Estado que también se había formulado en un principio.
El pasado 30 de marzo, la Comisión Tributaria de Milán ratificó ya la multa en primer grado impuesta en noviembre de 2011 de 343,4 millones de euros (443 millones de dólares) más intereses contra Dolce y Gabbana por la evasión fiscal, que se cuantifica en unos 416 millones de euros (537 millones de dólares) por cada modisto y otros 200 millones de euros (258 de dólares) por la sociedad «Gado».