Kim Kardashian no pudo asistir a la fiesta de los ‘Dulces 16’ que preparó su hermana Kendall Jenner el pasado fin de semana, al parecer porque no encontró una niñera para su hija recién nacida. Sin embargo, Us Weekly sugiere que la modelo se encuentra en casa y no volverá a ponerse delante de las cámaras hasta que pierda al menos otros 14 kilos.
Desde que naciera la pequeña North, la joven ya ha perdido 14 de los 28 kilos que adquirió durante el embarazo. La celebrity aumentó su peso más del doble de lo deseado, que suele oscilar entre los 9 y los 12 kilos. Así, hasta que no alcance su objetivo de volver a pesar 52 kilos no acudirá a eventos donde pueda ser retratada o vista en público.
«Ella es muy consciente de su cuerpo actual», añadía una fuente consultada por la revista. Se comenta que aunque ya ha perdido bastante peso desde que tuvo a su primogénita, la bajada ahora se ha ralentizado y la modelo está obsesionada con alcanzar su objetivo final. «Ha estabilizado su pérdida de peso y ahora llega la parte más difícil», comenta un amigo de Kanye West, el padre de su hija con quien prepara una boda por todo lo alto.
Kim ha contado con la ayuda de un entrenador que la visita cinco días a la semana en la casa de su madre, Kris Jenner. Asimismo, la modelo sigue una dieta muy estricta y un cocinero es el encargado de prepararle platos bajos en calorías como pollo al limón a la parrilla.
Kanye West está siendo un verdadero apoyo para ella e intenta levantar su autoestima a diario. Así, Kanye junto a su familia y su pequeña North están siendo un apoyo para Kim.
Agencias