En busca de la genialidad criolla

IVIC
Fundación Motores por la Paz continúa evaluando niños y jóvenes

Un total de 23 personas han ingresado al programa Órbita de la Fundación Motores por la Paz, el cual -desde hace aproximadamente dos años- identifica en Venezuela el talento precoz sobresaliente en niños, niñas y adolescentes con un coeficiente intelectual (CI) superior a 130 puntos.

Así lo dio a conocer el coordinador general de la Fundación, Mayor Gerardo García, quien señaló que el objetivo del ente es ofrecer la adecuada orientación a este pequeño sector de la población para que cultive sus talentos y desarrolle un sentido de pertenencia con la nación.

Para ello, no solo ofrecen tutorías a los estudiantes, sino además han desarrollado una red institucional para atender las distintas demandas de los niños y jóvenes, bien sea desde el punto nutricional, estudiantil o de vivienda.

El caso de Miguel Alejandro Ramírez ha sido el más emblemático del grupo identificado. Gracias a la intervención de la Fundación, el joven –con 13 años de edad- ingresó a la Universidad de Los Andes en 2012. Ya aprobó los dos primeros semestres de la carrera Química y durante agosto de 2013 realizó su primera pasantía en el Laboratorio de Síntesis y Caracterización de Nuevos Materiales en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC).

A este venezolano le identificaron un coeficiente intelectual superior al promedio, de acuerdo con los resultados que arrojó una evaluación integral y determinadas pruebas de validez internacional. Desde ese entonces la fundación lo ha venido guiando. “Él es una  muestra del ciclo que se quiere cumplir” señala García.

En este tipo de escenarios, padres y representantes también tienen un rol fundamental. “Si el chico no cuenta con el apoyo adecuado, es posible que no desarrolle por completo su potencial” advierte por su parte el coordinador del programa Órbita, Jorge Portilla.

Pero la familia también necesita ayuda: muchas veces pueden sobrevalorar las habilidades del niño o joven, o éste puede despreciar las capacidades intelectuales de su círculo. Por ello, la fundación prevé realizar próximamente un taller para los padres del grupo que ya ha sido identificado con un CI superior a 130.

Un trabajo incesante

Apenas un 2,5 % de la población puede llegar a tener un CI superior a 130 y se piensa que el don se adquiere por vía genética. “Yo no me atrevería a afirmarlo pero sí está dentro de la estructura fisiológica del individuo” señala Portilla.

El pasado mes de octubre, la Fundación Motores por la Paz realizó la más reciente convocatoria en la cual se inscribieron cuatro mil postulantes. De este grupo se preseleccionaron 500 niños, niñas y adolescentes luego de un respectivo análisis de las capacidades de los inscritos.

Por razones de logística, a la fecha solo se han aplicado pruebas de CI a 138 participantes. Las evaluaciones se han realizado en la sede del IVIC y se continuarán efectuando hasta completar el grupo de preseleccionados.

Afirma García que la mayoría de los postulantes tiene vocaciones científicas pero también se reportan inclinaciones artísticas. Asimismo destaca que se trata de personas normales, con virtudes y defectos.

“Debemos desmitificarlos y quitar ese halo de perfección que rodea a un niño o joven con talento superior. Sólo cuentan con una capacidad de procesar información mayor que el resto, pero no sirve nada si esa capacidad no está ligada al estudio, a la curiosidad, a la disciplina o constancia en un trabajo”.

Si conoce algún niño con alguna característica particular, como lectura y habilidad numérica temprana, destreza para juegos como laberintos y ajedrez, puede escribir a la Fundación Motores por la Paz, al correo electrónico info@fundacionmotoresporlapaz.org o a la dirección de twitter @orbitaci130.

Prensa IVIC

 

Salir de la versión móvil