
La proliferación de ranchos ante la mirada de todos que se han ido edificando a las orillas, laderas y recovecos de esta importante arteria vial, construidos con cualquier tipo de materiales desde láminas de zinc, bolsas, hasta cartón piedra y bloques se ha venido dando en sus primeros seis kilómetros y parte de los últimos desde la caída de Marcos Pérez Jiménez.
Al menos un 56% de la población caraqueña y más de 1.000 familias habitan en estas viviendas improvisadas que juntas han hecho nacer más de diez nuevas barriadas en los últimos 12 años, donde ninguna de las alcaldías competentes han frenado las apropiaciones de estos terrenos.
Las invasiones ponen en peligro no sólo a sus habitantes sino también a las miles de personas y usuarios que transitan diariamente por la Panamericana. No existen únicamente los ranchos que se visualizan desde el asfalto, también están aquellos que se encuentran fuera de la vista de los conductores y transeúntes.
Varias son las causas que provocaron las tomas ilegales de los terrenos que colindan con la autovía. “No hay ofertas de vivienda que cubran las necesidades de los venezolanos, tampoco existe control del crecimiento de los sectores populares desde hace años cuando se abandonó el programa de rehabilitación de barrios”, dijo Isaac Suárez, habitante del municipio Carrizal.
Inseguridad, basura, bote de aguas negras sobre la carretera, daño al medio ambiente, tala de árboles, quema de la flora, deslizamientos de tierra y atracos durante las colas son sólo algunas de las problemáticas que han traído como consecuencia estas tomas de tierras.
“Las condiciones para que se origine una gran tragedia en la que los más pobres van a ser los más afectados son altas. Varios han cavado sobre el gasoducto que pasa por la orilla de la vialidad”, manifestó la geólogo Génesis Uzcátegui.
Los habitantes de distintas urbanizaciones del municipio Los Salias, Libertador, Carrizal y Guaicaipuro han protestado en diversas ocasiones trancando ciertos kilómetros debido a las invasiones de terrenos en zonas aledañas a ellas. “Desde hace años hemos venido agotando todas las vías para poder resolver esta problemática que afecta a todos, quemamos cauchos, hacemos pancartas, pero aun así las autoridades no nos han escuchado”, indicó una vecina de San Antonio de Los Altos.
En el kilómetro tres sentido hacia Caracas está el sector Colinas del Hipódromo donde Jackeline Morales, una de las habitantes, aseveró que “el Gobierno no nos ha ayudado, tenemos un contador de luz comunitario y pozos sépticos. No hay transporte directo. Hace años hicieron un censo, pero no paró en nada”. En dicha zona hay más de 200 familias que han comenzado a construir por su parte.
En el kilómetro dos y medio, sentido Los Teques, se ubica el sector La Laguna donde los invasores llegaron hace más de 18 años y han logrado que el Gobierno les construyera parte de la torrentera, escaleras, casa comunal, una bloquera que está próxima a inaugurar y la construcción de una cancha. “Actualmente hay 1.008 personas y 325 viviendas. No tenemos transporte directo y muchas camionetas no se paran aquí por la inseguridad, aunque ahorita ya está más tranquilo”, informó Magali Pulido quien es una de las primeras voceras del consejo comunal.
Del lado del estado Aragua, en el kilómetro 44, está el sector Los Ovejos donde se han erigido unas ocho casas con materiales de desechos. “Dijeron que no podíamos quedarnos porque éramos invasores, pero aquí seguimos”, dijo una de las vecinas.
Un poco más adelante en el kilómetro 46 vía Los Teques, en el barrio Santa Eduvigis que comenzó como invasión hace unos 14 años, viven unas 33 familias que según Caridad Castro, miembro del consejo comunal y madre del barrio, recibieron ayuda del gobierno de Hugo Chávez quien les facilitó los materiales para poder “tener casas dignas”.
En peñas, sin pasarelas, con escaleras improvisadas, algunos con tanques de agua que llenan por cisternas, de lata, con antena parabólica, con o sin siembras son cada día más los ranchos que se adueñan de gran parte de hectáreas que rodean nuestra querida Panamericana.
Ronald Gil – [email protected] / @thedaniels21