Unos 100 mil sindicalistas marcharon por las calles de Varsovia para oponerse a la política laboral del gobierno, al tiempo que hacían sonar silbatos, lanzaban granadas de humo y amenazaban con convocar a una huelga general.
El gobierno del primer ministro Donald Tusk pierde popularidad rápidamente luego de que elevó la edad de la jubilación, anunció una reforma al sistema de pensiones y modificó las normas para que los trabajadores tengan jornadas diarias más largas y más horas laborales por semana.
Los manifestantes se desplazaron hasta la histórica Plaza del Castillo mientras portaban banderas y globos con los colores del estandarte nacional blanco y rojo, así como pancartas que decían «El gobierno de Tusk debe irse», «Vamos por ti» y letreros individuales que afirmaban: «Soy esclavo de Tusk».