
Ayer una larga fila de gente se observó en la avenida Bermúdez de la ciudad capital mirandina debido a que la harina de maíz integral llegó a un supermercado donde las amas de casa tequeñas y transeúntes que pasaban por el lugar acudieron para obtener alguna cantidad del producto.
«Llegó harina PAN integral pero igualmente las personas la compran porque sencillamente no se encuentra la harina de maíz en ningún lado y cuando llega a los comercios se hace casi imposible comprarla por el gentío que va, lo que hace que se acabe inmediatamente», aseveró Luisa Álvarez, una de las compradoras que «padece» diariamente los estragos de la escasez de alimentos.
La comunidad tequeña sigue en vilo y realizando «safaris» para encontrar los productos de la canasta alimentaria. Entre los artículos «desaparecidos» se encuentran el aceite de maíz, el papel higiénico, la mantequilla, margarina, servilletas, jabón de baño, jabón azul, pañales, pasta dental y azúcar.
Por su parte, los encargados de los supermercados manifiestan que los productores les distribuyen pocas cantidades de los artículos que no alcanzan para abastecer a todas las familias venezolanas.
«No llegan las cantidades que pedimos, se tardan mucho y cuando llegan no duran 15 días en los anaqueles. Debido a la tardanza de la mercancía es que aumenta la demanda por parte de los consumidores», dijo uno de los encargados.
Unos pocos bultos de margarina y harina de maíz llegaron al supermercado del Centro Comercial Los Nuevos Teques, donde los compradores debieron esperar afuera del establecimiento para ingresar y comprar el producto. Debido al gran número de personas que se aglomeró en el comercio, los encargados decidieron cerrar las puertas para permitir la entrada de los clientes «gradualmente» y evitar trifulcas y disturbios dentro de las instalaciones.
«Cerraron las puertas porque hay mucha gente pero los que estamos afuera desesperamos porque la cola es kilométrica. Hay cola para ingresar al local y adentro otra fila larguísima para pagar en las cajas. La gente se alarmó porque pensaron que no iban a vender el producto pero todo se ha mantenido en calme pese al nerviosismo que hay en el lugar», expresó Karelis Pérez, quien se encontraba esperando su turno para entrar al negocio y adquirir el rubro que lleva semanas desaparecido de los anaqueles.
Ronald Gil – [email protected] / @thedaniels21