Inspectores deberán destrozar las reservas de gases venenosos antes del 2014
El equipo de inspectores que el martes llegó a Siria para eliminar sus arsenales químicos comenzó este domingo el proceso de destrucción de estos, dentro del plazo estipulado, que contempla la desmantelación de los laboratorios e instalaciones de producción antes de noviembre. Este lunes en Indonesia el secretario de Estado de EE UU, John Kerry, ha expresado su satisfacción con el inicio del desarme químico: «Yo pienso que esto le da crédito al régimen de El Asad. Es un buen comienzo».
Según el acuerdo sellado en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, impulsado por Rusia y Estados Unidos, el régimen de Bachar el Asad deberá haber eliminado todos sus arsenales antes de mediados de 2014, un compromiso al que llegó el mes pasado para evitar un ataque con misiles de EE UU en respuesta a un supuesto ataque con gas sarín en las afueras de Damasco en el que murieron cientos de personas.
“El primer material a destruir son las cabezas de misiles y otros proyectiles similares que se pueden emplear para dispersar los agentes tóxicos, como bombas aéreas”, dijo en conversación telefónica uno de los la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) que pidió no ser identificado. Además, en estas jornadas iniciales se comenzará a desmantelar las plantas de mezclado de químicos y de ensamblaje final de esos proyectiles. Según una investigación de la ONU, el 21 de agosto se emplearon misiles cargados con gas sarín en la zona de Ghuta, controlada por los rebeldes, en Damasco. Un análisis de EE UU estima 1.429 muertos en él y acusa al gobierno de El Asad de ser autor del ataque, algo que este niega.
Trabajan en Damasco 19 investigadores de la OPAQ, expertos en el manejo y destrucción de esas sustancias venenosas, y 14 enviados de la ONU, que deberán, además, mediar con los rebeldes para poder entrar en las zonas que estos dominan. Según la inteligencia israelí, que controla desde hace décadas los arsenales químicos de Siria, El Asad dispone de 1.000 toneladas de materiales tóxicos como gases sarín y mostaza o el agente nervioso XV, diseminados en 20 depósitos, todos a recaudo del régimen. Hasta el mes pasado Damasco no había admitido oficialmente que dispusiera de esas armas. Cuando reveló la existencia de sus arsenales, dijo que los había amasado para defenderse de Israel, con quien está en guerra desde 1948.
Agencias