Dicen que las acciones valen más que las palabras y así lo han entendido los vecinos de los municipios Guaicaipuro, Carrizal y Los Salias, quienes durante la primera quincena de octubre han protagonizado al menos 10 manifestaciones con cierre de vialidad.
El estreno tuvo lugar iniciando el mes, cuando los representantes de los alumnos de la unidad educativa Francisco de Miranda trancaron los cuatro canales de la carretera Panamericana a la altura del kilómetro 18, municipio Carrizal, exigiendo mejoras en la infraestructura, parcialmente afectada por filtraciones.
El caos entonces no se hizo esperar y tras casi cuatro horas de cierre con la consecuente cola vehicular en ambas direcciones, el tránsito fue reabierto no sin antes advertir que tomarían nuevas acciones de calle si no eran cumplidos los compromisos adquiridos.
No habían pasado 24 horas cuando nuevamente la vía expresa que conecta a los Altos Mirandinos con la capital de la República era tomada nuevamente, en esta ocasión con dos protestas simultáneas.
En el Km 9 se apostaron vecinos del municipio Los Salias a manifestar su descontento por los trabajos inconclusos de una falla de borde; paralelamente, un grupo de damnificados trancaba la avenida Bicentenario impidiendo el paso además hacia la carretera vieja Caracas – Los Teques y la avenida Pedro Russo Ferrer.
Nuevamente los conductores pagaron los platos rotos y quedaron atrapados dentro de sus vehículos esperando que se llegara a acuerdos para que fuera restablecido el paso.
Llegó el fin de semana y mientras unos estaban en modalidad “relajado” los vecinos del municipio Los Salias decidieron interrumpir el paso de manera intermitente en protesta por los niveles de inseguridad, luego de que un empresario fuera asesinado durante horas de la mañana del jueves 10 de octubre.
Otra tanda
Con la cercanía de diciembre “se cocina” el aumento del pasaje. La diferencia de este año es que ya el alcalde de Guaicaipuro, Alirio Mendoza, había anunciado que no ocurriría tras hacerse un ajuste a mediados de año.
No obstante, los choferes aseguraron que ese no había sido el acuerdo y decidieron calentar las calles durante horas de la mañana de este miércoles en diferentes puntos de la ciudad generando congestión en la avenidas Bolívar, Bertorelli Cisneros, Víctor Baptista y La Hoyada.
Mientras la policía intentaba mediar con ellos para liberar el tránsito, los sindicatos educativos de Miranda decidieron marchar desde la avenida Bolívar hasta la sede del Consejo Legislativo del estado Bolivariano de Miranda (Clebm) en la calle Guaicaipuro.
Como si fuera poco, paralelamente estudiantes del Colegio Universitario de Los Teques Cecilio Acosta (Cultca), sede Santa María, decidieron protestar en contra del aumento del pasaje trancando los cuatro canales de la Panamericana en las inmediaciones de La Macarena.
Pese a que a mediodía cesaron las acciones de calle, se conoció extraoficialmente que los consejos comunales no están satisfechos con el aumento de pasaje debido a que los conductores no han cumplido con las mejoras de las unidades de transporte, por lo que no sería de extrañar que también manifestaran.
Lo que hay detrás
Según un estudio del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social y Conflicto “generalmente los ciudadanos cuando protestan cerrando vías lo hacen como último recurso después de haber agotado otras alternativas ante las autoridades. Es una forma de visibilizar su descontento y de presión que en muchos casos resulta efectiva”.
-Cuando ocurren esta trancas las autoridades se hacen presentes y suelen surgir negociaciones para levantar la protesta pero también para la búsqueda de soluciones a los problemas que llevaron a esos ciudadanos a ejercerla.
Añade el estudio que “si bien es cierto que una tranca de vía afecta la libre circulación de otros ciudadanos, también lo es el hecho de que el último responsable de ese cierre es el Estado que no da soluciones o no atiende a la gente que protesta. También es cierto que muchas veces nos quejamos cuando otros protestan pero nos olvidamos del derecho a la libre circulación de los demás cuando nosotros lo hacemos ¿Quién no ha participado alguna vez en una marcha no permisada, o en un cacerolazo en la calle, o en una tranca en las calles de nuestras urbanizaciones o barrios? Protestar es también un derecho”.
Añaden los autores de la investigación que la mejor manera de erradicar los cierres de vías es evitando las protestas. “¿Cómo hacerlo sin menoscabar el derecho a la protesta? Pues evitando las causas que mueven a la gente a protestar en la calle. El Estado y el gobierno están obligados a llevar una gestión transparente y con eficiencia para que los ciudadanos no tranquen calles y carreteras por ausencia de agua y luz, o por causa de la inseguridad, o para que los damnificados que llevan viviendo dos o tres años en un supuesto ´refugio´ pidan vivienda.Tampoco para que unos trabajadores a los que no se les reconocen los derechos adquiridos protesten o marchen, o para que ciudadanos que consideran afectados sus derechos políticos protesten en medio de una calle”.
-Y cuando la protesta sea un hecho, la obligación de las autoridades es atender a quienes participan en ella sin represión, llevando a cabo y respetando -cosa que hoy no se cumple- los acuerdos a los que se llegan para levantar las trancas.
Johana Rodríguez – [email protected]/@michellejrl
