
La comunidad del municipio Guaicaipuro decidió estallar antes de que exploten las tuberías de gas
Al tomar la vialidad principal que conduce hasta el sector El Naranjal, en San Diego de Los Altos, se pueden observar enormes tuberías en los hombrillos, las cuales pertenecen al proyecto del gasoducto Caiza- Figueroa que desarrolla la empresa Pdvsa en la región desde hace unos 12 años.
Dichos trabajos han causado grandes estragos en diferentes sentidos para los habitantes de la comunidad ya que manantiales, árboles, servicios públicos, viviendas, vialidad vehicular, caminerías, educación y calidad de vida han ido decayendo gravemente durante estos últimos años debido a las decisiones arbitrarias que ha tomado la empresa respecto a las obras realizadas.
Por todo este “rosario de problemas” los habitantes de El Naranjal decidieron tomar las vías internas del sector para protestar durante unas 16 horas el pasado lunes por los trabajos que ha venido realizando Pdvsa, ya que se muestran inconformes por todos los elementos, tanto naturales como humanos que han sido destruidos.
“Desaparecieron el manantial, dañaron la ecología de nuestro sector; han trancado la vía sin previa consulta a los vecinos, han causado severos daños a las caminerías y a la carretera principal.Dos viviendas se cayeron por los malos trabajos que han hecho y a las personas que fueron afectadas no les han cancelado sus casas”, manifestó Antonio Ortiz , habitante de la zona.
Durante la protesta pudieron llegar a un acuerdo con la directiva de la empresa. “Les pasamos un oficio el día 28 y tenemos que esperar 15 días para que nos den respuestas, sino tomaremos otras acciones. Mientras ellos no cumplan los objetivos los trabajos estarán paralizados. Ellos dicen que esto es una obra de envergadura nacional pero no le dan importancia, se quejan de que no tienen materiales, personal ni maquinarias suficientes”, dijo Ortiz.
“No queremos que la tubería pase por la comunidad, no vamos a aceptar bajo ninguna condición que la coloquen; no va porque es ilegal pasar una tubería de esas dimensiones por una comunidad así”, expuso Lesbia Morales.
Vialidad destruida
Con el paso constante de los camiones y tractores la vialidad del lugar se ha ido deteriorando poco a poco, por lo que la carpeta asfáltica está llena de huecos que afectan considerablemente el tránsito vehicular.
“Las vías están acabadas completamente, desde que Pdvsa comenzó a trabajar aquí no hemos visto beneficios sino puros destrozos. La carretera está llena de huecos, derrumbes y varias casas se han visto afectadas. Cuando ellos comenzaron a hacer los trabajos hicieron muchas promesas a la comunidad y nosotros les creímos, no han hecho nada de eso”, aseveró Morales.
Daño ecológico
Los trabajos de las máquinas han dañado gran parte del bosque de montaña que abunda en el sector, afectando también a la diversa fauna que allí hace vida, ya que muchos árboles han sido derruidos para “enterrar” las tuberías que transportarán el gas.
“La maquinaria se ubica justo donde está el manantial de agua que surtía al plantel de la comunidad que alberga a unos 400 niños y a la comunidad en general. Ellos dicen que tienen una permisología de Ambiente del estado Miranda pero nunca la han mostrado, simplemente comenzaron a cavar y a hacer desastres”, aseguró Ortiz.
A raíz del exterminio del manantial los habitantes de El Naranjal comenzaron a sufrir fallas en la distribución del agua. La empresa Hidrocapital surte al sector pero la caída de la galera que estaba siendo construida por Pdvsa y que nunca llegó a inaugurar ha afectado el suministro ya que una de las tuberías se vio afectada.
“La verdad es que no tenemos servicios para nada. Hay personas que pagamos más aseo urbano que luz y ni siquiera pasa el camión de la basura”, afirmó Morales.
Según informaron los vecinos el camión de aseo pasa una vez al mes o cada dos meses, por lo que muchos deben llevarse sus bolsas a otros lugares donde hay vertederos desechos.
Otros deben pagar un transporte particular para que se lleve la basura a otro lugar ya que el sector no cuenta con su propio vertedero o contenedor.
“El aseo pocas veces llega a Palmarito y Las Filas, cuando viene sólo pasa por la vía principal”, declaró Ortiz.
Como boca de lobo
La calle principal cuenta con a penas cinco postes eléctricos que han sido reparados por la misma comunidad que ha tenido que pagar de su propio peculio unos 4.000 bolívares para dichas reparaciones.
“Ya los bombillos están quemados y en la noche permanece oscuro”, aclaró Ortiz. Pese a los diversos llamados que han hecho a Corpoelec el ente no ha atendido las denuncias y sigue sin acudir al lugar.gf
Descuidados
La comunidad El Naranjal no cuenta con ambulatorio donde acudir a la hora de presentarse una emergencia, ya que el centro de salud del lugar no cuenta con los insumos médicos necesarios según informan los vecinos.
Los vecinos deben dirigirse hasta Coche o al CDI de San Diego de Los Altos, a veces Pdvsa pone en servicio una ambulancia.
Por otra parte , los niños del poblado no cuentan con parque de bolsillo o plaza donde puedan recrearse.
Ronald Gil – [email protected] / @thedaniels21