
Millonarias fueron las pérdidas producidas por las manifestaciones registradas en diversos puntos de los Altos Mirandinos que impidieron que cientos de personas se desplazaran a sus lugares de trabajo.
El ausentismo en las oficinas, aulas de clases, gimnasios y comercios se impuso durante horas de la mañana de ayer, cuando grupos de manifestantes identificados con el PSUV decidieron impedir el acceso hacia Caracas para evitar el paso de las personas que participarían en la marcha convocada por el gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski, a la Vicepresidencia de la República.
El caos vehicular no se hizo esperar y a las 6:00 a.m. las colas comenzaban a formarse en Los Alpes, Los Lagos, la redoma de La Matica y Bicentenario, respectivamente, así como La Macarena, donde se apostaron los protestantes, quienes incluso quemaron cauchos, generando una humarada que hizo que colegios como el Ambrosio Plaza fueran desalojados para evitar complicaciones respiraciones entre los estudiantes, personal obrero y administrativo.
Pero a diferencia de otras ocasiones cuando los principales aquejados son los conductores, por la magnitud del evento muchas personas debieron regresar a sus hogares y tomarse un día libre obligado, lo que repercutió en las ventas, las cuales se fueron a pique.
Así lo señaló Pablo Meneses, encargado de una tienda ubicada en la calle Miquilén de Los Teques, quien refirió que “la vía lució milagrosamente despejada de vehículos, pero también de peatones”.
-Esta zona es sumamente transitada y en promedio atendemos entre horas de la mañana y mediodía unos diez clientes cuando la cosa está floja, pero hoy no entró ni uno; de paso, solo llegó la mitad del personal, pero igualito hay que pagárselo.
Esta opinión fue compartida por otros vendedores de La Hoyada, algunos de los cuales optaron por retirarse a su hogar, como hizo Esmeralda Quiñones, quien prefirió ir a buscar a su pequeña hija en la escuela e irse a su casa.
“Cuando se calienta la calle de esta manera uno no sabe en qué va a acabar, así que es mejor prevenir que lamentar, no vaya a ser que les dé por saquear y como siempre salga perdiendo el más gafo, osea uno”, sentenció.
Octubre bate récord
Si por algo va a ser recordado este mes de octubre es por el número de protestas desarrolladas en los Altos Mirandinos; en promedio, una interdiaria, alcanzando una veintena, siendo la más extensa la desarrollada ayer.
“Generalmente trancan dos horas, llegan las autoridades que solicitan, entregan pliego de peticiones, se asume el compromiso y levantan, pero esta vez se instalaron seis horas; fue una acción totalmente radical”, refirió Pedro Simón Pérez, de oficio taxista, quien añadió que “se le nota el tinte político por todos lados; de verdad que el flaco les duele”.
Mientras los taxistas registraron una baja significativa en ingresos, los mototaxistas hicieron su agosto haciendo carreritas.
“La desgracia de unos es la felicidad de otros: octubre ha sido el mejor mes del año para nosotros, porque con tanto cierre de vialidad nos convertimos en la única opción de quienes no pueden ausentarse bajo ninguna circunstancia de sus oficinas; imagínate, yo llevé a una chama que tenía las llaves de la oficina, es decir, que si no llegaba, no abrían”, relató el mototaxista Alfredo Jiménez, quien tan sólo en tres horas hizo más de 10 viajes entre Los Teques, Carrizal y San Antonio de los Altos.
Acceso desesperado
Quienes debían llegar contra viento y marea a la capital de la República optaron por la vía de El Jarillo, haciéndose notar el mal estado de la carpeta asfáltica y la presencia de motorizados “y no precisamente para hacer motopiruetas”, según refirió Mario Peraza.
-Es deplorable el estado de la vía a lo largo de esta parroquia que debería ser un punto turístico; de paso la inseguridad se ha adueñado de esta zona. Ya he escuchado relatos de atracos y viví el carne propia el temor de ser asaltado, porque pasa cualquier cantidad de motorizados con cara de amenaza que lo que da es miedo. Obviamente después de que superas el punto de la Guardia Nacional estás a la buena de Dios, porque más nunca te topas con ningún funcionario de seguridad.
Johana Rodríguez – [email protected]/@michellejrl