Las lesiones que sufrió en una de sus piernas por un accidente de moto una semana atrás, le impidieron a Manuel Alejandro Rivas Moreno, correr por su vida. La noche del sábado fue abaleado por pistoleros que le dispararon luego de saludarlo.
En la calle Central de la parroquia La Vega quedó tendido el cuerpo con dos disparos. El hecho ocurrió a las 11:30 de la noche del sábado, cuando el joven estaba a las puertas de su casa con unos amigos. Los homicidas eran dos y llegaron en una moto.
El joven de 24 años nunca imagino que los delincuentes iban por él. Cuando les respondió el saludo más por cortesía que por algún vínculo amistoso, vio que uno de ellos empuñaba un arma. Aunque intentó correr no pudo porque hace pocos días le habían infiltrado la pierna.
Rivas recibió un tiro en el pecho y al caer el pistolero lo remató de un balazo en la cara. Los asesinos huyeron, mientras que a la víctima la llevaron en un taxi hasta el hospital Miguel Pérez Carreño, pero estaba muerto.
Manuel Rivas era bachiller y estaba en gestiones para comenzar sus estudios en Derecho en la UCAB. Su padre, Manuel Rivas, dijo que las engorrosas gestiones para retirar el cuerpo de su hijo en la morgue le impedían llorarlo como debía. “Nosotros pensábamos que los hijos iban a enterrar a los padres y ahora somos los padres quienes enterramos a los hijos”, agregó.
Dijo el hombre que en el país se ha perdido la moral y que como él muchos padres están viendo morir a sus hijos por la falta de seguridad y de respeto a la vida. “Siento que perdí algo de mi vida, quizás toda mi vida”, dijo.
AA