
Aunque Halloween ya pasó, persiste el ambiente de terror en las jugueterías, de donde salen despavoridos los padres al ver los precios de los productos solicitados por sus hijos para el 24 de diciembre.
Los precios de las muñecas más populares entre las niñas rondan entre 4 y 7 mil bolívares. “Mientras más cosas hacen más se incrementa el numerito y típico que se antojan de la que camina, corre, brinca y canta”, refiere Mariluz Gutiérrez mientras recorre un local capitalino.
-El año pasado ya me pareció exagerado pagar mil 500 bolívares por una muñeca que mi hija uso máximo por un mes; imagínate ahora desembolsillar esta suma de dinero por un juguete. Esto es insólito.
Igual cara de asombro ponían las personas que iban ingresando a cuentagotas este miércoles en el local, donde, según los vendedores, apenas hay movimiento, lo cual no resulta casual si se le echa un ojo a los precios.
Las tradicionales Barbies que el año pasado podían llevarse por 300 bolívares hoy no se consiguen por menos de 600 -la más sencilla-, precio que va en aumento conforme va incluyendo accesorios.
Entre la espada y la pared
Aunque muchos compradores se van con las manos vacías mientras se quejan, otros meditan la decisión, como Rafael Campos, quien señala que teme que la próxima semana los precios estén más altos “sobretodo si consideramos que en este país todos los días hacen un anuncio diferente y está latente el rumor del aumento del dólar oficial”.
-Tenía estimado llevarme al menos dos regalos con 5 mil bolívares pero me tocará poner 600 más para llevármelos y tener cubierto este compromiso con mis chamos. Unos critican que uno gaste tanto en ellos, particularmente los míos sólo reciben agasajos dos veces al año: cumpleaños y Navidad y eso si van bien en clases, afortunadamente ambos son excelentes, así que no me duele hacer este sacrificio.
Otros optan por negociar con los pequeñitos y buscar imitaciones, como hace Giovanna Lugo, quien al ver que la muñeca que le pidió su hija de 5 años cuesta 5 mil bolívares, le explicó que el Niño Jesús le va a traer una muñeca, pero no esa específicamente “para evitar la cara de decepción”.
-Ella es muy inteligente y le dije que hay muchos chamos pobres en el mundo y que el Niño Jesús debe cumplir con todos esos compromisos y a veces no puede traer exactamente lo que le piden. Ya encontré en otra juguetería una muñeca parecida -no camina ni emite sonidos-, en mil bolívares. Hay que acostumbrar a los muchachos a lo básico, no al lujo porque en estos tiempos es difícil hasta comer. A fin de cuentas somos los padres quienes los mal acostumbramos, si fuera por ellos fueran felices con cualquier detallito.
Más chiquitos, más caros
Los costos de la mercancía para los recién nacidos no son proporcionales a su tamaño.Los populares gimnasios con móviles no se encuentran por menos de 5 mil bolívares, mientras que los pianitos con luces incluidas se pueden llevar por la mitad del precio.
“Estoy emocionada porque soy madre primeriza, mi beba tiene cinco meses y este va a ser su primer Niño Jesús. Vine a dar la vuelta pero al ver los precios decidí buscar por Internet y utilizar mi cupo electrónico exclusivamente para las cositas de ella”.
-Con ese dinero no llego a comprar ni un juguete aquí pero por Internet no sólo le puedo comprar eso sino la ropa y zapatos como para un mes. No sé cómo harán las familias que no tienen uno sino varios hijos y de paso viven con sueldo mínimo.
Más aterrador
Como si no fueran suficientemente costosos los juguetes tradicionales, esta generación se vincula muy cómodamente con la tecnología, por lo que cada año es más común ver en la carta de Navidad teléfonos inteligentes y tablas, productos que pueden alcanzar los 20 mil bolívares fuertes.
“Particularmente me parece incoherente que a un niño menor de 12 años, incluso un adolescente -por el tema de seguridad- le regalen este tipo de aparatos tan delicados y costosos. Sin embargo, como soy un simple vendedor y me interesa cobrar mi comisión no emito opiniones que no me piden”, refirió Juan Marín, comerciante cuyo puesto está ubicado en el casco central de Los Teques, donde suelen repuntar las ventas en 80% en diciembre.
Johana Rodríguez – [email protected]/@michellejrl