“Si nos pela el chingo, nos agarra el sin nariz, es que si abrimos las puertas dos cosas nos pueden ocurrir: nos cae la fulana comisión fiscalizadora y nos obliga a rematar la mercancía dejándonos con un margen mínimo de ganancias o los clientes nos saquean y nos quedamos sin dinero ni productos”.
Así lo refirió Alexis Ojeda, encargado de una pequeña tienda de electrodomésticos ubicada en el sector El Cabotaje de la capital mirandina, quien tras ver los hechos suscitados en varios comercios del país durante el fin de semana, este lunes decidió trabajar a puerta cerrada, tiempo que aprovechó para entrenar al personal en caso de que ocurra lo peor.
-Nosotros somos un pequeño negocio, no un gran consorcio y trabajamos duramente para obtener el sustento de nuestros hogares. Estoy consciente de que siempre se quiere obtener el margen máximo de ganancias, lo cual no es casual si vemos los altos índices inflacionarios que nos golpean a todos.
A juicio del entrevistado, las medidas gubernamentales anunciadas van directo a la ruina del sector comercial. “Por todos lados salimos perdiendo nosotros: si adecuamos los precios al mínimo, si nos saquean o si no abrimos, porque tal día como hoy -lunes- al no abrir estamos registrando pérdidas porque no se vendió nada pero igualito hay que cancelarle al personal”.
Del otro lado de esta situación están los compradores, quienes apoyan que se ajusten los precios pero no comparten la metodología empleada.
“Yo me pongo en el lugar de quien con esfuerzo ha levantado su negocio y hoy lo ve devastado porque ingresaron a la fuerza. Sí han abusado con los costos de los productos, pero me parece que hubiera sido más lógico que el Gobierno se hubiera sentado con los empresarios, ajustaran los precios y los compradores fueran descubriendo los cambios. La gente salió como loca porque cree que es una medida de 48 horas, cuando en teoría será permanente”, expresó Carla Medina, quien ayer vio cómo saqueaban la juguetería General Import de El Tambor.
-Si me dices que están peleando por comida tal vez uno lo comprendería pero se trata de juguetes que efectivamente están demasiado costosos. El Gobierno tenía que medir el impacto de estos anuncios, cada vez que hay ofertas la reacción general es correr a comprar porque hay sensación de escasez además; se vio lo ocurrido y el Presidente siguió haciendo anuncios, llevando a la gente a actuar de esta manera tan poco civilizada.
Tensión latente
Tras los últimos avisos presidenciales, Venezuela entera está atenta a los anuncios y cada vez que Maduro dice que está en la mira algún comercio las personas comienzan a aglomerarse en las afueras de esos locales, tal como sucedió con JVG.
Bastó que fuera nombrada en el discurso presidencial para que más de 200 personas pernoctaran de sábado para domingo en el centro comercial La Cascada, que aún ayer lucía repleto de personas esperando para comprar con el 60 % de descuento.
Le siguió General Import y precisamente ayer la sucursal de El Tambor fue tomada por asalto por un grupo de personas que cargó hasta con el último juguete, generándose un caos generalizado en otros puntos de la capital mirandina, lo que se apaciguó con un aguacero.
Ante estos brotes violentos la policía se mantiene atenta, muchos comerciantes prefieren mantener abajo las santamarías mientras reciben órdenes; algunas universidades suspendieron clases y muchas personas permanecen haciendo colas en las afueras de los negocios que hoy son blanco del Gobierno.
Johana Rodríguez – [email protected]/@michellejrl
