En una habitación de su vivienda en Santa Fe, municipio Baruta, reposaba el cadáver golpeado de Rómulo Verlarde Ñauri, peruano de 47 años de edad que se ganaba la vida como dibujante arquitectónico de la compañía de telefonía Neptuno en Caracas.
Este domingo por la tarde un sobrino de la víctima llegó a visitarlo en la casa donde vivía solo, pero encontró la puerta abierta. Al ingresar halló todo en completo desorden y a su tío muerto en el cuarto. El dibujante estaba vestido, pero tenía un golpe contundente en la cabeza y varios moretones en el cuello.
El joven llamó a los vecinos y estos a la policía. Comisiones de Polibaruta acudieron al lugar pero la averiguación la inició el Eje Este del Cicpc. Los funcionarios hicieron una inspección minuciosa en la vivienda donde se apreciaron evidentes signos de violencia. El o los homicidas se llevaron joyas, dinero en efectivo y otros objetos de valor que pertenecían al occiso.
Vecinos de la cuadra vieron a un hombre abandonar la casa durante la mañana con varias maletas que condujo hasta un taxi que tenía estacionado en la calle. Nunca sospecharon que podría tratarse de un asesino que llevaba en el equipaje los bienes robados.
La madrugada del domingo, Rómulo Verlarde estuvo reunido con unos amigos en un local nocturno en Las Mercedes, pero antes de las 5:00am se separó del grupo y se marchó en un taxi cuyas características el resto no logró detallar. Al despedirse, les dijo que se iba a su casa en Santa Fe, cerca del hospital Pediátrico San Juan de Dios.
Verlarde tenía un hijo de 14 años que vivía con su madre porque la pareja estaba separada. Era natural de Lima, Perú, pero en Caracas ya cumplía 25 años de estar residenciado. En ocasiones iba a su ciudad natal para visitar a sus padres, pero siempre regresaba porque buena parte de la familia está en Caracas.
Su primo Víctor Ñaudy, pidió justicia por el asesinato. Esta es la segunda ocasión en que matan a un miembro de su familia en Venezuela. Hace 18 años asesinaron con un chopo a Alfredo Ñaudy, primo de la víctima. El hecho también ocurrió en Santa Fe. “Nosotros sabíamos quien lo mató, pero la policía no hizo nada para agarrarlo”, comentó. El cadáver de Rómulo Verlarde fue llevado a la morgue de Bello Monte con el número 372 del mes.
AA