El exdictador Manuel Antonio Noriega cumplió ayer dos años preso en Panamá en medio de una batalla legal, hasta ahora infructuosa, por conseguir el beneficio de casa por cárcel, y a la espera de un nuevo juicio por la desaparición de un sindicalista en 1970.
Desde que llegó a Panamá el 11 de diciembre de 2011, el exgeneral, de 80 años, permanece en la cárcel El Renacer, en las afueras de la capital panameña, donde purga condenas que suman 60 años de prisión por casos que van desde asesinato hasta delitos ambientales.
Hasta ahora, el otrora «hombre fuerte», que gobernó de facto Panamá entre 1983 y 1989, no ha tenido ningún contacto con la prensa ni ha emitido declaración pública alguna.
Ese silencio es reprochado por muchos de sus detractores que le exigen un pedido público de perdón y hasta que revele dónde están los restos de los desaparecidos que le achacan.
A lo largo de estos dos años, la defensa de Noriega ha solicitado a la autoridad de Prisiones, sin éxito, que el octogenario exdictador sea beneficiado con la casa por cárcel aduciendo el «complicado» cuadro médico que presenta.
«La dirección del Sistema Penitenciario nos negó la solicitud» de depósito domiciliario «hace aproximadamente dos meses, y apelamos esa decisión ante el ministro de Gobierno (Interior), Jorge Ricardo Fábrega, pero no se nos ha dado ningún tipo de respuesta a la fecha», dijo este miércoles a Efe el abogado defensor de Noriega, Ezra Ángel.
Según un informe gubernamental presentado el 15 de diciembre de 2012, Noriega padece de hipertensión, úlcera péptica y rinitis alérgica, así como problemas urológicos y neurológicos derivados de un accidente cerebro vascular.
Noriega fue internado en 2012 al menos cinco veces en el Hospital Santo Tomás, en la capital panameña, por crisis hipertensivas, bronquitis o para exámenes urológicos, situaciones que a lo largo de este 2013 no se han repetido.
El director del Sistema Penitenciario, Ángel Calderón, confirmó en breves declaraciones telefónicas a Efe que la decisión de no otorgar a Noriega el beneficio de casa por cárcel se mantiene, y resaltó que el exgeneral llegó hace dos años a Panamá «con un cuadro médico sobre la base del cual se le ha atendido».
El exdictador llegó a Panamá extraditado por Francia, donde cumplía siete años de prisión por lavado de dinero, y fue allí donde detectó un tumor cerebral, recordó su defensa.
Noriega pasó, además, cerca de dos décadas preso por narcotráfico en EE.UU., a cuyas tropas se entregó en enero de 1990, días después de una invasión estadounidense que buscaba detenerle y «restablecer la democracia» en el país centroamericano.
Panamá pidió a Francia la extradición de Noriega por las muertes de Hugo Spadafora, Moises Giroldi y Heliodoro Portugal, caso éste último por el que ha sido notificado por la Justicia panameña para ir a juicio, según confirmó el abogado Ángel.
Los tribunales franceses rechazaron en septiembre de 2011 la extradición de Noriega por la muerte de Portugal por haber prescrito, pero sí la aprobaron por el asesinato del guerrillero y médico panameño Hugo Spadafora, en 1985.
Ángel aseveró a Efe que la notificación de llamamiento a juicio por el caso Portugal se concretó «hace aproximadamente ocho meses», y que presentó «hace unos seis meses un amparo de garantías constitucionales» que aún no ha sido resuelto.
Ese recurso «ni siquiera ha sido revisado porque no dicen si lo admiten o no», añadió el abogado defensor.
Agencias