La popular cantante estadounidense Katy Perry se crió en un ambiente tradicional y muy religioso. Esto no es casualidad en vista de que sus padres eran los pastores evangélicos Keith y Mary Hudson.
Pero según confesó la artista en una entrevista a la revista Marie Claire (y que reseña el portal news.nom.co), con el paso del tiempo ha ido llegando a sus propias conclusiones en cuanto a la espiritualidad se refiere. La intérprete de “Roar” entiende que todas las interpretaciones de la vida espiritual son relativas.
«No creo en la existencia del cielo o del infierno, ni pienso que Dios se identifique con la figura de un hombre poderoso sentado en un trono”, mencionó a la publicación. “Creo en la existencia de un poder superior más grande que yo, porque eso me hace sentir responsabilidad de mis actos”.
La artista añadió que hacernos responsables de nuestros actos “nos empuja a ser mejores personas, pero dudo mucho que los únicos esquemas válidos para explicar lo que nos rodea vengan del cristianismo».
A pesar de su renuencia a adoptar alguna filosofía cristiana, la estrella del pop asegura que Dios sigue formando una parte esencial de su vida cotidiana. Pero la idea de asociarse a una religión en particular no le resulta atractiva.
«No soy cristiana, budista o musulmana; pero eso no quiere decir que no necesite a Dios en mi vida”, reflexionó. “Siento una conexión muy intensa con él y trato de hablar con él todos los días para que me dé fuerza y consejo. Rezo para que me dé humildad, para que me proporcione autocontrol. Le doy gracias por la vida y por el mundo, a mi manera, de una forma mucho más personal», expresó durante la entrevista.
Por otro lado, la cantante aseguró que a pesar de su diferencia de criterio en cuanto a la religión, con sus padres, cuenta con una relación «fantástica» con ellos basada en el amor incondicional y la tolerancia.
Agencias