La fanaticada vive su propio juego

Fanaticada
Los fanáticos venezolanos se caracterizan por el buen humor al disfrutar los juegos

Ver un juego del béisbol venezolano por televisión es la primera opción que toman muchos para ver a los equipos de su preferencia, sin embargo son muchos que deciden ir al estadio no solo para vivir el choque principal, sino también todos aquellos que ocurren desde los asientos.

Como todos los saben, una de las características del venezolano es el buen humor, o al menos en su mayoría, y uno de los lugares en donde lo muestra más aún es en un partido de la pelota criolla, y si su novena está ganando, ni hablar.

Desde el primer inning, incluso mucho antes, hasta el noveno, no paran las bromas entre la fanaticada de cada bando, eso sí, todo en forma de “chalequeo”, aunque hay algunos que pueden tomárselo en serio, pero a final de cuentas son pocas las ocasiones en los que ha llegado a males mayores.

Risas y más risas

“Si ganamos te pones una camisa de los Leones para trabajar mañana”, es una de las apuestas jocosas que se hacen amigos mientras disfrutan del espectáculo deportivo. Las bromas no pueden faltar, a cada equipo le han colocado miles de bromas para utilizarlas a la hora que pierdan.

“Ay papá, la nave se hundió hoy” o “esas Águilas no pudieron volar”, son algunas de las frases de las miles que se pueden escuchar cuando un equipo no consiguió triunfar.

Juan Montilla, fiel fanático de los Leones del Caracas aseguró en uno de los choques entre los zulianos y los melenudos que no se puede perder un partido del equipo de local, “casi siempre vengo con los panas, todos somos caraquistas”. Agregó que lo que más disfruta, aparte del juego, “vivir un rato diferente”.

¡Y Fuera!

Muchos esperan al noveno inning, especialmente si su conjunto está ganando para echar del estadio a los rivales al ritmo del “fuera, fuera, fuera”, cuando estos deciden abandonar las instalaciones deportivas.

Novios, amigos, esposos, padres, madres, niños..todos, absolutamente todos tienen una manera diferente de “vacilarse” el juego, pero todos de forma pacífica. Jóvenes gritando, parejas abrazadas esperando que la cámara los enfoque para darse un beso, papás explicándole a sus hijos de qué trata el deporte, y los más jóvenes con su buen humor, son solo parte de lo que reúne un partido desde afuera.

Carlos  Sosa – csosa@diariolaregion.net / @carlossosa7

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