
“Un pronto asfaltado” es la principal petición que hacen a la Alcaldía del municipio Guaicaipuro los vecinos de la populosa comunidad Zenda, ubicada en la carretera vieja que comunica a Los Teques con la capital venezolana.
Repleta de huecos se encuentra actualmente la carpeta asfáltica del sector, la cual no ha sido renovada desde hace más de dos años, según informan algunas de las personas que hacen vida en la zona.
No sólo los residentes se han visto gravemente afectados por el estado de la vía principal, también los conductores que circulan diariamente por el lugar para librase de las trancas de la carretera Panamericana y llegar a Caracas.
“Justo donde está la parada para el transporte público hay demasiados huecos, varios motorizados han sufrido accidentes en este punto. Las camionetas y carros particulares han chocado con la montaña ya que al tratar de esquivar los cráteres pierden el control del vehículo”, manifestó Richard Ruiz.
Asimismo, este tramo de la carretera carece de defensa vehicular y de señales de tránsito y rayado para que los choferes se guíen durante las horas nocturnas y eviten accidentes.
“Hay que manejar con mucho cuidado por la carretera vieja porque está en pésimas condiciones. Tiene muchos huecos y en ciertas partes no hay defensa ni rayado”, indicó Julio Durán.
Puente a punto de caramelo
Las caminerías que dan acceso a las viviendas aledañas, ubicadas al otro lado del río, están resquebrajadas y amenazan con terminar de derrumbarse; sin embargo, los habitantes aseguran que ellos mismos se han encargado de retocar las escaleras ya que la alcaldía no ha atendido los llamados que han hecho para que reparen las aceras.
“Por ahí caminan niños y personas de la tercera edad, las escaleras están casi guindando, dobladas y en mal estado. Nosotros las hemos mantenido en pie porque si esperamos por el alcalde nos quedaríamos incomunicados”, afirmó Durán.
Los vecinos que tienen sus viviendas al otro lado de la montaña no solo deben caminar por una acera a punto de colapsar que además carece de pasamanos, sino cruzar un estrecho puente colgante que está a varios metros sobre el cauce del río.
El puente no tiene barandas, en cambio exhibe unas guayas que lo sostienen y sirven a la vez de agarradero; el piso es de tablas rotas y cartón piedra que cubre los tramos destrozados por el tiempo.
“A uno se le paran los pelos cada vez que va a cruzar por ahí, es un peligro para los niños porque fácilmente pueden ir a parar al río. Cuando hacemos mercado tenemos que pasar cuidadosamente con las bolsas para evitar accidentes. Es el único paso que tenemos, por eso le pedimos a Garcés que venga para que vea todo lo que tenemos que hacer para llegar a nuestras casas”, dijo Marisol Camacho.
Sin aceras
A lo largo de la carretera los peatones no cuentan con aceras para caminar mientras se dirigen a dicho sector, por lo que deben transitar por pleno asfalto corriendo el riesgo de ser arrollados.
“Hay que caminar por la orillita y casi meterse en la cuneta porque los motorizados pasan volando y se lo pueden llevar a uno por el medio. A veces los camioneteros también pasan a exceso de velocidad y es un peligro”, afirmó Camacho.
Algunos vecinos manifestaron que pese a que hay consejo comunal en el lugar, hasta ahora no han podido vislumbrar el primer logro para el beneficio de todos los miembros de la comunidad.
Alumbrado cero
No obstante, estos no son los únicos problemas que enfrentan los habitantes de Zenda, la falta de alumbrado publico hace que el sitio sea una completa boca de lobo durante las horas nocturnas.
Ningún poste se observa a lo largo y ancho de la zona, por lo que los transeúntes se guían por las luces de las casas cercanas cuyos bombillos iluminan débilmente parte del camino.
“No hay luz, prometieron hace tiempo colocar unos postes pero aquí seguimos esperando. Es una cueva para poder pasar el punte y se vuelve más peligroso”, indicó otra de las habitantes.
¿Y el gas?
Al igual que la mayoría de las localidades del municipio Guaicaipuro, los vecinos de Zenda pasan “las de Caín” por la recurrente falla en la distribución de las bombonas de gas por parte de Pdvsa.
Es así que deben esperar hasta más de tres meses para adquirir el preciado rubro directamente del camión, por este motivo se trasladan hasta el centro de distribución ubicado en Los Cerritos y hacen cola para comprar el producto.
Ronald Gil- [email protected] / @thedaniels21