La actriz Jennifer Garner no lo dudó un segundo antes de aceptar un papel en la aclamada película ‘Dallas Buyers Club’ -nominada a varios premios Óscar-, aunque semejante decisión le obligara a llevarse a su pequeño Samuel, fruto de su matrimonio con Ben Affleck, al set de rodaje para alimentarle durante los descansos de la grabación.
«Lo cierto es que los primeros días llegaba al trabajo con una mezcla de entusiasmo y nerviosismo, porque llevaba mucho tiempo sin trabajar y, sobre todo, porque tenía que acudir con mi hijo y darle de mamar cada cierto tiempo.
Normalmente me dedicaba a alimentarle durante los descansos del rodaje, aunque en ocasiones no podía esperar y tenía que abandonar una escena durante 10 minutos para llevar a cabo la tarea», reveló la intérprete a la revista Radio Times.
Aunque ya había experimentado una situación similar tras dar a luz a sus hijas mayores, Violet (8 años) y Seraphina (5), en esta ocasión la estrella de cine no pudo evitar «emocionarse» al darse cuenta de que el paso de los años y el hecho de haber dado prioridad a su vida familiar no llegó a alterar la «pasión» que siempre ha sentido por su profesión.
«Al principio solo podía pensar en que era horrible tener que ir con el sacaleche a todas partes una vez más, algo que ya había tenido que hacer cuando tuve a mis dos hijas, pero luego me di cuenta de que, a pesar de que era la tercera vez que tenía que trabajar y cuidar de un recién nacido a la vez, en ningún momento llegué a perder la pasión que siempre he sentido por este trabajo. Cuando terminamos de rodar llegué incluso a emocionarme, porque no estaba del todo segura de que fuera capaz de compaginarlo», aseguró al mismo medio.
Agencias