
La carretera que comunica la calle San José, perteneciente a la comunidad carrizaleña Barola, se encuentra llena de huecos que dificultan el tránsito vehicular y peatonal por el lugar.
Desde hace más de año y medio la carpeta asfáltica no ha sido renovada según informan algunos residentes de la zona, lo que ha ocasionado el deterioro de la carretera en general.
“Tienen tiempo sin asfaltar para acá, hay varios cráteres en la vía que han ocasionado accidentes a los motorizados que circulan por aquí. Necesitamos que acomoden pronto la calle antes de que ocurra algún accidente lamentable, porque los peatones también nos vemos afectados”, indicó Mariana Rodríguez.
Las aceras y caminerías dejaron de existir, por lo que los vecinos, estudiantes y trabajadores deben caminar por la orilla de la vialidad corriendo el riesgo de ser arrollados.
Igualmente, por ser una calle angosta las cunetas no existen, situación que causa que el agua de lluvia corra libremente sobre el asfalto deteriorándolo y haciendo que se formen charcos en los huecos.
Sin luz
A pesar de que la localidad cuenta con postes de luz ubicados a lo largo del camino, algunas de las personas que hacen vida en el sector aseguran que muchos bombillos se encuentran quemados desde hace varios meses pese a los diversos llamados que le han hecho a la empresa Corpoelec para que los repare.
“El alumbrado no sirve desde hace tiempo, algunos bombillos prenden cuando les da la gana y otros simplemente ya están quemados. Hemos en reiteradas ocasiones hecho el debido comunicado, pero hasta los momentos han hecho caso omiso y no han venido”, manifestó Rodríguez.
Algunos postes están deteriorados y “guindando” debido a la falta de mantenimiento, situación que pone en riesgo la vida de los transeúntes.
Falla distribución de agua
Otro de los problemas que deben enfrentar los vecinos de la calle San José de Barola son las recurrentes fallas que presenta el servicio de distribución de agua directa.
“A veces pasamos hasta más de un mes sin servicio, la colocan cada 15 días o cada semana, pero no es fija. Muchos debemos llenar tobos para no quedarnos sin suministro“, aseveró Rodríguez.
Dicho problema no sólo afecta a las viviendas de esta zona del municipio Carrizal sino a los recintos educativos que hacen vida en el sector, donde los niños y jóvenes son los más perjudicados por la falta del mineral.
Gas desaparecido
No sólo el agua y el alumbrado presentan fallas en la localidad, también la distribución de bombonas por parte de la empresa Pdvsa- Gas.
“Tenemos que ligar y rezar para que el camión venga a vender las bombonas y así poder tener como cocinar”, afirmó Rodríguez.
Desde hace más de tres meses el camión del gas no distribuye el preciado rubro hacia las diferentes comunidades de los Altos Mirandinos.
“Cuando vienen sólo permiten comprar una bombona por persona, por lo que muchas veces tenemos que ir hasta Los Cerritos a hacer largas colas para comprar los cilindros”, aclaró Rodríguez.
Áreas recreativas
Los vecinos de la calle San José piden “a gritos” la construcción de parques de bolsillo para que los más pequeños tengan áreas donde jugar durante las horas libres.
“Nuestros niños juegan en las calles porque no contamos con parques ni áreas recreativas”, dijo Rodríguez.
Por su parte, otros habitantes dan fe de que la cancha que se ubica en el sector es “tomada” por “los más grandes” para consumir bebidas alcohólicas y estupefacientes, por lo que los niños no pueden utilizarlas.
Falla el transporte
Vecinos y estudiantes se quejan del mal servicio que prestan las unidades de transporte público encargadas de cubrir dicha ruta, ya que los choferes no trabajan durante las “horas escolares” para que a no les paguen con tarjetas estudiantiles, según informan los habitantes y demás usuarios.
“El servicio disminuye durante las horas que los estudiantes se dirigen o salen de los planteles del sector porque a los conductores no les gusta que les paguen con las tarjetas inteligentes y esto nos afecta a todos por igual”, expresó Ana Carmona.
Falla el transporte
Vecinos y estudiantes se quejan del mal servicio que prestan las unidades de transporte público encargadas de cubrir dicha ruta, ya que los choferes no trabajan durante las “horas escolares” para que a no les paguen con tarjetas estudiantiles, según informan los habitantes y demás usuarios.
“El servicio disminuye durante las horas que los estudiantes se dirigen o salen de los planteles del sector porque a los conductores no les gusta que les paguen con las tarjetas inteligentes y esto nos afecta a todos por igual”, expresó Ana Carmona.
Ronald Gil- [email protected] / @thedaniels21