
Durante el encuentro por la paz, celebrado en el palacio de Miraflores, el gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles, dijo: “Venezuela está muy mal (…), en una situación sumamente crítica”. Advirtió: “O esto cambia o esto revienta. Yo espero que esto cambie porque ni quiero porque haya violencia”.
Al presidente Nicolás Maduro le recordó la primera conversación telefónica que sostuvieron tras conocerse los resultados de las elecciones presidenciales del 14 de abril de 2013. Comentó que en esa conversación, el hoy presidente le respondió: “Yo lo voy a consultar y nosotros les avisamos”. Le manifestó que, posterior a esa conversación telefónica, el propio Maduro había aparecido en cadena nacional para decir que él (Capriles) le había propuesto un pacto.
A los cancilleres de la Unasur, el gobernador de Miranda les comentó que los cuadernos de votación de aquellos comicios jamás fueron auditados, lo que impidió verificar los resultados electorales. “No era un tema de que me proclamaran a mí (…), era un tema de la búsqueda de la verdad. Esa situación, queramos o no (…), nos ha llevado a esta crisis política, porque hay una crisis política desde ese día”, expuso.
Capriles recalcó que desde la oposición jamás se desconoció a los alcaldes oficialistas electos en los comicios municipales: “Ninguno de esos alcaldes fue desconocido por nosotros”.
Al presidente Maduro le dijo directamente: “La crisis política no la vamos a resolver ni reprimiendo, ni es un problema de guarimba, ni es problema de que te quieren tumbar (…). Has logrado estar allí por el control que tienen de las instituciones y eso lo saben”.
Capriles planteó: “Nosotros queremos que se resuelva la cris (…) porque sentimos que esta situación se sigue agravando tanto que va a desembocar en lo que algunos han planteado hoy aquí, cosa que no queremos (…). Ni queremos un golpe de Estado ni queremos un estallido social”.
Además, invitó al ministro Rafael Ramírez a salir a pie “sin escoltas, sin carros, sin gente. A ver si usted le echa pichón. No creo que le eche pichón”. Expuso que la realidad de Venezuela es que mataron 25.000 venezolanos el año pasado. “Tuvo que ser asesinada Mónica Spear (…) para que entonces tuviera la muerte en nuestro país nombre y apellido”.
Recalcó: “En este momento la situación económica es grave. La canasta alimentaria familiar está en 10.000 bolívares. ¿Cuánto es el salario mínimo? Una persona que gana salario mínimo en su casa (…) ¿cómo hace para vivir?”.
Le recordó al presidente Maduro que tiene una responsabilidad no solo con sus partidarios sino “con todo un país. Si no quieres estar allí [en Miraflores], esa es tu decisión (…). Cualquier venezolano te puede pedir la renuncia; a mí me la piden todos los días”.
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