César Silva regresó este año a Guaiqueríes de Margarita, en un cambio de fichas con Bucaneros de La Guaira, por Rafael “Chamo” Pérez.
Su llegada, a destiempo, le obligó a trabajar extra puesto que se incorporó muy cerca del arranque de la temporada. A pesar de ello, se ajustó rápidamente a los sistemas de Gustavo Aranzana. Poco a poco fue retomando su peso ideal.
Al principio, Silva jugaba pocos minutos, si se compara con el tiempo en cancha que viene dejando en zafras anteriores. Su promedio en las primeras jornadas era de entre 10 y 15 minutos por juego.
Ya para la segunda mitad de ronda eliminatoria, el “Oso” ya estaba en línea con los requerimientos de su entrenador, por lo cual empezó a tener mayor participación en cada cotejo.
Su trabajo defensivo y buen porcentaje en tiros de larga distancia fueron armas que le permitieron cerrar la temporada en el quinteto que abría y cerraba cada enfrentamiento de Guaiqueríes, hasta el último partido en tercios de Final.
“Triste por no haber podido aportar más, por no haber llegado más lejos. Fue una temporada exitosa, a Guaiqueríes el año pasado se le esquivó la clasificación. Empezamos este año con los muchachos jóvenes, no se habían incorporado piezas como Francisco Centeno, Tulio Cobos y mi persona. Luego nos engranamos, fuimos haciendo los ajustes con el entrenador”, explicó Silva.
Y esa misma situación hizo analizar a los críticos, quienes ubicaban a la Tribu en el último lugar de la tabla, al culminar la ronda eliminatoria. “Nos veían en el torneo como a la Cenicienta. Una buena parte de la fanaticada no confiaba en nosotros, por lo que había sucedido la temporada anterior. Fuimos recuperando la identidad de Guaiqueríes, retomando la confianza y logrando que los aficionados creyeran en nosotros”, manifestó el alero, quien este año se desempeñó más como escolta.
Reveló sentirse sorprendido por la constante asistencia que hubo en el gimnasio durante toda la temporada, rememorando cuándo había sido la última vez que el gimnasio se llenó con un Clásico Oriental.
“Oso” también se refirió a los logros de este Guaiqueríes. “No podemos ser mediocres ni conformistas, pero en comparación con 2013, Guaiqueríes mejoró del cielo a la Tierra. Dejamos una buena sensación y un buen sabor para cuando empiece la preparación de la próxima zafra. Ya la Tribu recuperó el respeto, volvió a ser el Guaiqueríes difícil de derrotar y eso fue lo que logramos esta temporada. Nos toca seguir trabajando duro para mantenernos en el tope de los tres primeros lugares”.
Despedida con lágrimas
Finalizado el último partido del equipo en Valencia, el que los sacaba de competencia, fueron varios los jugadores que no lograron contener las lágrimas, entre ellos, César Silva, además de Francisco Centeno, Douglas Chiquito.
“Lloré por orgullo. Damos todo por esta camiseta, Francisco, Douglas. Somos jugadores que nacimos en Guaiqueríes. Cuando cerramos la eliminatoria en Puerto Ordaz, nos reunimos con la intención de dejar de lado el ego, jugar colectivo y estar unidos. Fue bonito y dio resultado porque, tras un viaje de siete horas, salimos a ese juego contra Marinos y jugamos duro. Nos golpeó haber perdido contra ellos en nuestra casa. Habíamos preparado esa serie y cuando se te va la victoria de las manos, duele. Luego fuimos a Valencia, perdimos contra Trotamundos aún sabiendo que teníamos para más y que podíamos llegar más lejos”, detalló el 30.
El desempeño
El creador del “Todos de verde” aprovechó para dar un espaldarazo al trabajo realizado por sus compañeros. “Los criollos hicimos un trabajo excepcional a lo largo de toda la temporada. Fuimos ofensivos y defensivos, tomamos rebotes, robamos balones. Pero tuvimos altibajos en los jugadores importados, sin señalar a nadie, simplemente no hicieron el aporte necesario. Eso sirvió para que emergieran jugadores como Francisco Centeno, Richard Lugo, quien terminó jugando duro y sacando la cara, volvió Douglas Chiquito y nos tocó tomar el protagonismo”.
En lo personal, le queda el mal sabor de que no le salieron las cosas como quería en los tercios de Final, porque aunque la defensa siempre estuvo, no le cayó el lanzamiento de tres.
“En general, hubo juegos que, por la ansiedad, no los supimos cerrar y nos quedamos con las ganas de darle la felicidad a nuestra gente de poder estar hoy disputando esas semifinales, sin menospreciar a los cuatro que siguen en carrera”, afirmó el jugador.
Finalmente, agradeció a la afición por el apoyo. “La fanaticada resurgió después de haber sido golpeada el año pasado. Hay que entenderlos, independientemente de las críticas, ellos vienen a ver ganar a su equipo, esté quien esté. Hay que felicitarlos porque se comportaron a la altura. De nuestra parte, nos tocó enamorarlos nuevamente, revivirles la pasión, que sangraran verde y que sintieran que este Guaiqueríes era el que ellos querían ver en la cancha”.
Prensa Guaiqueríes de Margarita