Nigeria e Irán ni se tocaron

Nigerianos e iraníes no se hicieron daño AP / Martin Meissner
Nigerianos e iraníes no se hicieron daño
AP / Martin Meissner

 Las selecciones que integran el Grupo G del Mundial aburrieron a todos con el primer empate a cero del evento

Irán y Nigeria firmaron el primer empate a cero de Brasil 2014, un resultado que premió el esfuerzo colectivo del conjunto que dirige el luso Carlos Queiroz, que desesperó a un inoperante y desacertado campeón africano.

Las Súper Águilas Verdes perdieron una magnífica oportunidad para comenzar con una victoria que le acercara a la lucha por la segunda plaza de un grupo que comanda Argentina como absoluta favorita.

El desarrollo del encuentro fue el previsible. Irán, un equipo limitado pero solidario hasta el extremo, se resguardó en su campo, con constantes ayudas, para frenar las alocadas acometidas de Nigeria y cerrar espacios.

Nigeria llevó la iniciativa, tuvo el control del balón, pero nada más. John Obi Mikel trató de dirigir junto a Ramon Azeez sin apenas éxito.

Ni Ahmed Musa ni Victor Moses, los teóricos puñales por las bandas del cuadro de Stephen Keshi, pudieron hacer valer su velocidad y Emmanuel Emenike estuvo muy solo en punta.

Y eso que las Super Águilas Verdes tuvieron una doble ocasión nada más comenzar el partido gracias al esfuerzo de Emenike. Pero fue simplemente un espejismo. Sin precisión en el pase ni buenas combinaciones, el trabajo de los iraníes atrás les permitió crecer en confianza.

De hecho, hasta el conjunto asiático, al que le costaba un mundo aproximarse con peligro al área nigeriano, gozó de la mejor ocasión de gol en un saque de esquina que remató su delantero y hombre más peligroso, Reza Ghooichanejhad, pero se encontró con la buena intervención del portero Vincent Enyeama.

Stephen Keshi, quien se vio obligado a cambiar a la media hora por lesión al defensa Godfrey Oboabona y dar entrada a Joseph Yobo, no lo dudó en la reanudación y a los 52 minutos sacó del campo a un anulado Moses y se decantó por la veteranía y la experiencia de Shola Ameobi.

No le dio sus frutos y a los 69 minutos buscó otras soluciones con Peter Odemwingie, quien reemplazó a Azeez. Tampoco las encontró porque a fe en su trabajo pocos ganan a los iraníes.

Perfectamente ubicados sus jugadores en su campo, los pupilos de Queiroz fueron inabordables para Nigeria y, a la vez, incluso volvieron a inquietar en ataque, aunque sin pólvora en el remate.

Irán avisó a Argentina y Bosnia de que será más que complicado hacerle un gol, en tanto que los nigerianos, que acosaron con más intención al final, están obligados a mejorar su prestación.

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