Habitantes de la subida hacia el Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF) se quejan de enormes botes de aguas negras que provienen del centro de reclusión y afectan no solo por los malos olores que emanan sino que algunas estructuras de las casas se han ido deteriorando gracias a la acción del líquido hediondo.
Más de dos años llevan los vecinos del sector, perteneciente a la comunidad Mal Paso, enfrentando diariamente dicha problemática que pese a las diversas denuncias que han emitido los lugareños continúa esperando una respuesta positiva por parte del ente encargado.
“El problema acá es que las aguas servidas no están canalizadas y esto ha afectado significativamente varias viviendas. Los entes encargados se han hecho de la vista gorda. Hay una parte de la barriada donde las aguas que vienen del INOF han desbaratado todas las caminerías”, manifestó Ricardo Azuaje.
Pequeños ríos de agua nauseabunda bajan por la colina que da acceso al lugar, en la cual se han construido más de 50 casas, por lo que los vecinos temen el desarrollo de una epidemia debido a que los mosquitos que se reproducen en los charcos ingresan “como Pedro por su casa” a los hogares.
“Tenemos miedo de que nuestros niños y personas mayores resulten enfermas, no podemos vivir en estas condiciones; al alcalde eso parece no importarle”, dijo Azuaje.
Alcantarillas tapadas
Otro de los problemas que origina el bote de cloacas es que algunas de las alcantarillas construidas a lo largo de la vialidad se hayan tapado, por lo que el líquido corre libremente sobre la carpeta asfáltica.
Por otra parte, los vecinos informan que dichas alcantarillas carecen de rejilla, por lo que los conductores que circulan por el lugar deben hacerlo con sumo cuidado para evitar caer en los huecos.
Llena de huecos
La carretera principal de la comunidad, desde la entrada de Mal Paso, presenta numerosas troneras que dificultan el tránsito vehicular y causan fuertes “dolores de cabeza” a los vecinos, quienes aseveran que la misma no ha sido repavimentada desde hace más de dos años.
“Garcés estuvo no hace mucho en el sector limpiando el río, pero no han reparado la carretera; ya no cabe un hueco más. Esto se parece a La Luna y cuando lleguen las lluvias se va a poner peor”, indicó Luisa Duarte.
Asimismo, los habitantes se preguntan qué ha pasado con la “Fiesta del Asfalto” que desarrollaría la Alcaldía de Guaicaipuro en todas las comunidades afectadas; llegó solo hasta la avenida Víctor Baptista, donde todavía se observan ciertos tramos raspados.
“Todo fue un engaño, un día de estos el puente que comunica a la urbanización Cecilio Acosta y Mal Paso se va a desplomar porque no le hacen un cariñito”, afirmó Duarte.
Luz noche y día
Los postes de alumbrado eléctrico que se ubican a lo largo del camino principal permanecen día y noche encendidos según informaron los vecinos, por lo que muchos de ellos se encuentran quemados desde hace más de tres meses.
Por tal motivo, las personas que hacen vida en la zona piden la presencia de los trabajadores de Corpoelec para que reparen la falla.
Invasión de perros
“Tenemos aquí una casa donde crían perros que se la pasan en la calle, ensuciando las aceras, pasando hambre y rompiendo las bolsas de basura”, dijo un vecino que prefirió mantenerse en el anonimato por temor a represalias.
Cancha deteriorada
A pesar de que el sector cuenta dentro de sus espacios con una cancha de baloncesto, los jóvenes que la utilizan a diario se quejan de lo deterioradas que están sus instalaciones.
No cuenta con cerco de seguridad, asientos, ni alumbrado que le permita a los vecinos utilizarla durante horas nocturnas.
Los más pequeños no cuenta con parques de bolsillo para jugar en las horas libres, por lo que la mayoría lo hace en la carretera principal corriendo el riesgo de ser arrollados por los vehículos y motos que circulan por la zona.
Ronald Gil
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