
Gabriela Arreaza comulga con el ejemplo. Dice que le gusta vivir en un espacio limpio y por eso no duda en agarrar escoba y pala y barrer la calle en las afueras de su casa ubicada en el barrio Buenos Aires, en la capital mirandina.
Así transcurre la entrevista, a escasos metros del depósito de basura que está cerca de la casa de Gabriela, quien además está pendiente de que las personas lancen las bolsas en el lugar debido.
“Hay fallas con la recolección de basura que no podemos ni vamos a ignorar, de hecho, hace poco más de una semana tuvimos que salir a protestar para llamar la atención de la Alcaldía de Guaicaipuro y fue cuando se dignaron a enviarnos el camión; sin embargo, aunque ya se normalizó su visita, no se llevan todo”, puntualizó.
-Antes había cuadrillas que se encargaban de llevarse aquello que los camiones dejaban regado en la vía pública, pero esa figura desapareció y siempre hay un repele de basura y las moscas se reproducen en todo su esplendor.
Pese a las carencias en el servicio, también apunta que “hay una situación cultural y la gente no colabora. Se quejan del servicio, pero no cumplen con los horarios para sacar la basura y la ponen donde mejor les parece”, por lo que propone que se haga una campaña para crear conciencia entre todos los guaicaipureños “el centro de Los Teques no escapa a la problemática de la recolección de basura”, agregó.
Intermitente
Como muchas otras comunidades, Buenos Aires no escapa al plan de racionamiento de agua, por lo que sólo les llega los jueves que es cuando Gabriela tiene previsto lavar la ropa y limpiar a profundidad su hogar. “El resto de los días, con suerte, llega un poquito y de noche”.
En el barrio vecino, Arnaldo Arocha, la situación no difiere mucho. “Llega diariamente entre las 3:00 y 5:00 a.m., por lo que nos toca almacenar agua en pipotes y lavar bien temprano”, explica Benedicta Veramente, residente de la populosa zona “de toda la vida”.
-Tenemos un problema con las cloacas que queremos que reparen para evitar los malos olores que emanan y evitar complicaciones mayores cuando lleguen las lluvias como Dios manda, otro karma es la distribución de gas que es intermitente y complica labores básicas como cocinar.
Comunidad segura
Pese a las carencias en materia de servicios, ambas entrevistadas coinciden en señalar que tanto Arnaldo Arocha como Buenos Aires son comunidades tranquilas y seguras, por lo que sentencian que no se mudarían para otro lugar.
“Aquí conviven familias asentadas desde hace muchos años y todos nos conocemos, hemos visto a nuestros chamos crecer y a nosotros envejecer”, refiere entre risas Tomás Risco, residente de Buenos Aires, que de inmediato se asomó a la ventana al ver un carro desconocido que resultó ser la prensa.
-Apenas entraron se comenzó a correr la voz que había un carro extraño y no fue sino hasta que se bajaron que supimos que se trataba de periodistas de La Región (…) Sonará a que somos chismosos, pero somos celosos para mantener la tranquilidad que hay, por eso nos comunicamos cuando vemos cualquier situación extraña.
Una asfaltadita
Los consultados señalaron que “no le caería mal una asfaltadita a la vía principal”, tal y como lo expresó Vicente Muñoz, quien agregó que “independientemente de que no tenga troneras tan inmensas como otras comunidades, la idea es prevenir y evitar que las cosas se deterioren. Igualmente hay que meterle la lupa al alumbrado público en Arnaldo Arocha”.
Johana Rodríguez