Desde el refrescamiento de la piel hasta la liberación de toxinas son algunos de los efectos del sudor en el cuerpo cuando se practica alguna actividad física, por lo que lejos de sentirte pegajoso y hasta cochino, debes verlo como un regulador de la temperatura corporal.
Así se desprende de diversos estudios que evidencian que sudar es una manera que tiene el cuerpo de desintoxicarse. En una sesión de ejercicio moderado de unas dos horas se pueden llegar a perder hasta dos litros de agua y por tanto, si nos pesamos, pesaríamos dos kilos menos, pero si nos empeñamos en no beber agua para seguir perdiendo líquidos lo más seguro es que tengamos que parar el ejercicio a causa de calambres musculares o mecanismos de protección similares del organismo.
Por este motivo los instructores son insistentes en que quienes hacen ejercicios se mantengan bien hidratados, porque a través del sudor se registra una pérdida de minerales, urea, ácido láctico, amoníaco y azúcar y en caso de sufrir deshidratación se puede padecer fatiga prematura, calambres, mareos, nauseas, desorientación, desmayos y en casos extremos la muerte.
Igualmente, llaman la atención a aquellas personas que se van “arropadas” a los gimnasios con el propósito de sudar más y tener la sensación que de están adelgazando más. “Tienen que utilizar ropa cómoda y ligera, evitando en la medida de lo posible las prendas de algodón porque son más pesadas que las de dry fit, que son las recomendadas”, indica el instructor de Spinning Renny Moncayo, quien añade que no es partidario el uso de fajas porque impiden que los músculos hagan los movimientos precisos; además de fatigar más rápidamente a las personas.
-El truco para sudar es estar bien hidratado a través de la ingesta diaria y constante de agua, no sólo cuando da sed, porque cuando tenemos esa sensación es porque ya hay un nivel de deshidratación en nuestro cuerpo. Debemos crear el hábito y sustituir los refrescos de nuestra vida y otras bebidas con altos contenidos de azúcar por agua-puntualizó.
Ojo con el olor
Cuando sudamos, respiramos más fuerte, el corazón late más, la circulación mejora y el metabolismo se enciende; el sistema inmune comienza a producir más células blancas que nos permiten protegernos de enfermedades. No solo el cuerpo se beneficia de eso, también la piel: queda más limpia y suave.
Ten en cuenta que todos sudamos: la teoría de que aquellos que tienen sobrepeso o están en baja forma sudan, es mentira. En verdad, mientras más en forma estés, más transpirarás. El olor también es un punto clave para conocer nuestra salud: mientras más mal olor tenga el sudor, peor alimentación y estilo de vida llevamos.
Toma nota
Antes, durante y después del ejercicio debes tratar de mantenerte hidratado con abundante líquido. Si el ejercicio dura menos de una hora, será suficiente con ingerir agua pura, pero si dura más que eso, debes preocuparte de ingerir bebidas isotónica adecuadas.
Trata siempre de realizar ejercicio con ropa bien ventilada. Si haces ejercicios en máquinas de interior (spinning, escaladoras y trotadoras), debes hidratarte constantemente y por ningún motivo colocarte más capas de ropa extra para sudar más.
El sudor es un buen indicador para saber si has alcanzado un punto de calor en el organismo apto para realizar una actividad más fuerte. Si vas a levantar pesas o realizar un ejercicio más intenso, realiza un ejercicio de calentamiento de suave a moderado, hasta que comiences a sudar y mantente así un par de minutos.
Ten en cuenta que el sudor no elimina grasa. No gastes tu plata en esas máquinas, cinturones, saunas, y productos que lo único que hacen es engañarte diciendo que vas a adelgazar por este medio.
Eduardo Lugo – eduardolugod@hotmail.com / @eduardooasis