Palabra clave: bacterias. Todos estamos cubiertos de pies a cabeza con ellas. Y cada vez más, los científicos están convencidos de que esos microorganismos son fundamentales para para entender por qué las alergias son cada vez más frecuentes entre los niños, especialmente en el mundo desarrollado.
Las bacterias que cubren nuestra piel, se instalan en nuestras bocas y viven en nuestros intestinos no solo sobrepasan nuestras propias células en una proporción de diez a uno, sino que desempeñan un papel crucial en entrenar nuestros sistemas inmunológicos.
Y cambios en el estilo de vida, que van desde el aumento de partos por césarea hasta el uso excesivo de antibióticos y el sedentarismo, están influyendo en la reducción de estos microorganismos «amistosos», trayendo como consecuencia un aumento en las alergias.
Solo en el Reino Unido una de cada tres personas sufre de algún tipo de alergia.
Para comprobar si la disminución de las bacterias podría ser un factor determinante, el programa Horizon de la BBC examinó la vida de dos familias británicas afectadas por el problema.
El estilo de vida en Occidente parece estar cambiando nuestras bacterias y nuestra susceptibilidad a las alergias.
Hay muchos elementos responsables de esto, pero un factor grande podría ser cómo crecen los niños.
En el Reino Unido, el 25% de los bebés nacen por cesárea, una cifra que resulta significativa si se toma en cuenta que un estudio en Noruega encontró que los bebés nacidos por césarea tienen un 52% más de probabilidad de sufrir de asma que los nacidos por parto vaginal.
El dato resulta todavía más relevante para América Latina que, según un estudio de Unicef, tuvo una tasa de 30% de cesáreas en 2013.
Los científicos consideran que las bacterias a las que se exponen los bebés al pasar por el canal del parto los protegen de las alergias y es posible que el aumento en partos por césarea esté haciendo que los niños sean más propensos a las alergias.
Pero, al parecer, el ataque a las baterias continúa cuando los bebés crecen. Ahora se sabe que la leche materna contiene hasta 900 especies de bacterias, lo cual ofrece una posible explicación de por qué los bebés que son amamantados tienen menos probabilidad de sufrir de alergias.
BBC