“Delincuencia portátil” hace estragos en transporte publico de Guaicaipuro

charlero autobus
Expertos en derecho penal afirman que esta acción delictiva podría constituir coacción y por tanto es susceptible de juicio, pero tendría que contar con denunciantes y testigos

“Buenas tardes, acabo de salir de la cárcel; esto no es un atraco, pero necesito que colaboren conmigo”, dice uno de los “charleros” a los 32 pasajeros de un autobus que cubre la ruta Los Teques – Las Tejerías. Todos les dan dinero, “si esto no es un atraco se parece igualito”, sentencia uno de los usuarios frencuente de la ruta que atraviesa parte de la Panamericana.

Los índices delictivos del municipio Guaicaipuro lo ubican como el más inseguro del estado Miranda y uno de los más peligrosos de todo el país, al punto que en lo que va de año, en promedio, se han registrado 22.1 asesinatos por mes, sin contar los robos a la propiedad privada, asaltos a mano armada y secuestros, la mayoría de los cuales no son denunciados por múltiples razones. Existe un componente importante que no está siendo considerado en los criterios de actuación del patrullaje inteligente en los 11 cuadrantes de seguridad del municipio,se trata de la “delincuencia portátil”.

Para los usuarios constantes del transporte público ésta se compone de “charleros ex presidiarios” y asaltantes que se montan en los autobuses y que en tiempo record roban y agreden a pasajeros y conductores, muchas veces pasando por el frente de las autoridades policiales.

“Es un fenómeno relativamente nuevo que ha aumentado por falta de una acción preventiva de parte de los organismos policiales que son responsables de atender los cuadrantes de seguridad a través del patrullaje inteligente”, explicó el politólogo y columnista del diario La Región, Sergio Graffe.

Si por cualquier circunstancia una persona se ha visto en la necesidad de montarse en una unidad de transporte público en Guaicaipuro, muy probablemente haya sido víctima de “los charleros”, muchos de los cuales son expresidiarios, o al menos es lo que ellos mismos afirman.

-Se trata de una modalidad de atraco masivo que ocurre en plena vía pública y en la nariz de las autoridades policiales. No usan pistolas ni cuchillos sino una charla intimidante para “persuadir” a que les colaboren con “algo” que no debe ser menor a los 20 bolívares, “que no enriquecen ni empobrecen a nadie”, como ellos dicen.

Expertos en derecho penal afirman que esta acción delictiva podría constituir coacción y por tanto es susceptible de juicio, pero tendría que contar con denunciantes y testigos para que pueda accionar el sistema judicial y los cuerpos policiales, a menos que los agarren en flagrancia; pero con una coordinación de inteligencia policial en las unidades de transporte se pudieran controlar a estos “asaltantes pasivos”.

También existe el modus operandi de dos o tres delincuentes que se montan en las camioneticas como pasajeros normales y esperan el momento adecuado para asaltar a los pasajeros y el conductor en corto tiempo, con el riesgo de que puedan asesinar a alguien porque andan armados con pistolas o cuchillos y son excesivamente agresivos.

En ambos casos es complicado hacer la denuncia porque las víctimas creen que la actuación de algunos “charleros” no es un delito ya que solicitan “una colaboración voluntaria”; en el otro caso, tampoco es posible por la rapidez con la que actúan y porque los asaltados quedan con tal impacto psicológico que lo que les provoca es alejarse del lugar y llegar a sus casas.

Graffe asegura que aunque la inseguridad es competencia de todos los niveles de gobierno, “el alcalde Garcés debe asumir un rol protagónico y ponerse al frente para buscar una solución definitiva a esta situación, pues el hecho de que no existan registros policiales no significa que no esté pasando. Este problema se está saliendo de control y es necesario y urgente que se implemente un plan coordinado especial de seguridad dirigido exclusivamente a combatir este flagelo porque está afectando a miles de personas que usan el transporte público durante todo el día para realizar sus actividades cotidianas, pero especialmente en las horas pico y por las noches”.gf

En todos lados

Este nuevo fenómeno está sucediendo en pleno centro de la ciudad de Los Teques, pero especialmente en las rutas que cubren zonas populares como el eje que va de Lagunetica a Pozo de Rosas, el de Guaremal hasta Variantes de Guayas, Retamal y Palo Alto, Los Lagos y los barrios Miranda, La Matica, Ayacucho, La Macarena Sur, además de los sectores El Paso, la carretera vieja Caracas-Los Teques, El Nacional, El Vigía, Colinas del Ángel y Rómulo Gallegos; no están exentas parroquias cercanas como San Pedro, El Jarillo, Cecilio Acosta y Paracotos.

Daniel Murolo – dmurolo@diariolaregion.net / @dmurolo

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