Roy Porras vivía en Margarita (Nueva Esparta), era dueño de un taller de latonería y pintura en Pampatar y estaba visitando a sus familiares el 30 de septiembre, cuando fue víctima del hampa en las inmediaciones del terminal de pasajeros
El comerciante Roy Porras, de 44 años de edad, herido de bala por una banda delictiva que le robó una cadena de oro, en Puerto Ayacucho, murió en el Hospital Domingo Luciani de El Llanito, en Caracas, donde había sido trasladado vía aérea porque en el estado Amazonas no había recursos para ser atendido.
Porras vivía en Margarita (Nueva Esparta), era dueño de un taller de latonería y pintura en Pampatar y estaba visitando a sus familiares en Puerto Ayacucho el 30 de septiembre, cuando fue víctima del hampa en las inmediaciones del terminal de pasajeros.
Andaba con dos hermanos, su cuñada y un bebé. Se estaba bajando de la camioneta cuando lo interceptaron para robarlo y le dieron un tiro en el cuello que se le alojó en la cervical. No pudo ser atendido en el Hospital Central, por falta de luz y de equipos para reanimarlo, por lo que tuvo que ser traído a Caracas el 1º de octubre.
El delincuente le dio un solo tiro porque siguió apretando el gatillo y no pudo disparar más.
En el hospital de El Llanito fue operado, le dieron de alta el miércoles 8 de octubre, pero el domingo 12 mientras desayunaba se descompensó, y tuvieron que llevarlo nuevamente al centro asistencial, le hicieron una traqueotomía, lo conectaron al respirador artificial, pero falleció de un paro respiratorio el lunes a las 4 de la madrugada.
-Esto es lo que vemos en este país, pasa todos los días y todo queda impune. Roy Porras no era un hombre importante, ni político ni artista, dijo su sobrino David Méndez en la morgue de Bello Monte.
Fue ingresado a la medicatura signado con el número 191 del mes de octubre. Ayer sus familiares hacían los trámites para trasladarlo a San Juan de Los Morros, donde será sepultado.
Méndez ha perdido a tres familiares en 7 años, producto de la delincuencia. Un tío y un primo fueron ultimados en El Junquito, víctimas de robo. El comerciante dejó dos hijas, de 18 y 15 años, de su primer matrimonio.
AA