
Las lluvias del pasado fin de semana mantienen “en jaque” a los habitantes del sector 4 de la comunidad La Pradera, donde numerosos deslizamientos de tierra afectaron al menos a cinco viviendas de la localidad tequeña donde esperan la presencia de las autoridades encargadas para que tomen cartas en el asunto y así evitar daños mayores.
Afortunadamente no hubo pérdidas humanas pero si muchas materiales ya que algunos taludes cayeron sobre gran parte de las casas derrumbando parcialmente las estructuras y dejando damnificadas a las familias de la localidad.
“El año pasado en noviembre nos inundamos y en esa época nos ayudó Pdvsa y el Plan Caracas Bicentenario, ahora con los taludes nadie ha venido. Protección Civil vino el año pasado y nos indicó algunas casas que están en alto riesgo pero las personas no tienen para dónde irse”, declaró Ana María Castellón, vocera principal de contraloría del Consejo Comunal Gigantes de La Pradera.
Al menos 98 viviendas permanecen en el sector corriendo el riesgo de resultar tapiadas, motivo por el cual los habitantes claman por la presencia de representantes de la Alcaldía de Guaicaipuro o la Gobernación de Miranda.
Cables enmarañados
Los diversos derrumbes afectaron igualmente el cableado eléctrico, el cual proviene de uno de los postes del sector y fue instalado por los habitantes para surtirse del servicio básico, ya que afirman que la empresa encargada no cuenta con los insumos necesarios para hacer las debidas instalaciones.
Un solo transformador distribuye la energía eléctrica a las 500 familias que aproximadamente hacen vida en la comunidad popular.
“Hablamos con Corpoelec y nos dijeron que no tienen materiales para instalar más postes, nos mandaron a hablar con el Consejo Federal de Gobierno, alcaldía y gobernación para que nos ayudaran en este tema. Hay un solo transformador que surte a todas las familias del cual sale ácido, explota cada vez que llueve y eso nos pone nerviosos a todos”, dijo Castellón.
Por su parte, los vecinos recogen semanalmente una cuota monetaria para comprar algunos faros que han instalado en ciertos sectores de la localidad para contar con iluminación durante las noches.
Zancudos “que dan miedo”
La falta de fumigación es otro de los problemas que mantienen en vilo a los habitantes de La Ladera, ya que afirman que la proliferación de zancudos se ha salido de control, por lo que aseveran que numerosos niños, jóvenes y adultos mayores se encuentran enfermos de dengue y chikungunya.
“Pedimos por favor que vengan a fumigar, nuestros niños y ancianos están enfermos de chikungunya y nadie nos viene a auxiliar. Tienen tiempo que no fumigan y esto ha causado que los zancudos se reproduzcan de manera rápida”.
Las cuadrillas de limpieza de la alcaldía y de Corpomiranda no se han acercado hasta el lugar para hacer el debido desmalezamiento y limpieza de la zona, lo que acelera aún más la reproducción de insectos que ponen en riesgo la salud de los habitantes.gf

¿Ahí viene el tren?
Los vecinos de la localidad guaicaipureña se preguntan cuándo culminará la primera etapa de los trabajos que realiza Corpomiranda para la activación del Tren El Encanto, ya que la obra se inició en 2006 paralizándose y reactivándose consecutivamente por varios años hasta el presente.
“Nos dijeron que iban a adecuar unas casas y que para acá ya no viene Misión Barrio Nuevo Tricolor porque todos tenemos que salir, no nos dicen para dónde nos van a llevar. Muchos no tienen para donde irse”.
“Desde 2006 venía la obra del tren que no llegó, limpiaron y dejaron eso así. Volvieron en 2009 con lo mismo. En 2011 pasó igual, ahora sacaron un talud de tierra dentro del túnel y lo dejaron en medio de la comunidad. Los trabajos siguen de a raticos y se supone que la primera etapa la entregarían en diciembre, esto está crudo”, indicó Castellón.
Ronald Gil- [email protected] / @thedaniels21